Las autoridades de Mutatá, en el Urabá antioqueño, decidieron suspender temporalmente las actividades turísticas en el río Mutatá, el río Sucio y la llamada cascada del Amor, altamente visitados casi todo el año, pero que actualmente representan un serio riesgo para los visitantes por cuenta de los represamientos que las fuertes lluvias de los últimos días causaron aguas arriba.
La principal señal que los llevó a tomar dicha decisión fue una drástica disminución del cauce del cristalino río convertido en uno de los destinos más apetecidos en Antioquia, señal que fue tomada por los organismos de emergencia como evidencia de enormes movimientos en masa en la parte alta del afluente que taponó su curso, por lo que antes de adelantar inspecciones técnicas a fondo solicitaron a todas las personas abstenerse de acercarse a estas zonas ante el riesgo de crecientes súbitas.
La Alcaldía también precisó que en los últimos días corroboraron la turbidez del agua, totalmente anómalo teniendo en cuenta que justamente su tonalidad clara es uno de los grandes atractivos. Presumen que además de las lluvias, pudo haber ocurrido algún fenómeno geológico en las placas Nazca y Caribe que desencadenar posiblemente grietas y grandes movimientos que causen inestabilidad en las próximas semanas.
“Se ha asumido el seguimiento y atención de la situación en el marco de nuestras competencias misionales y de gestión del riesgo, dada la afectación potencial a comunidades localizadas aguas abajo y actividades turísticas que se desarrollan en el afluente”, detalló la alcaldía.
Con la alerta amarilla, la Alcaldía espera que todos los visitantes se abstengan de ingresar a las zonas afectadas y salvaguardar las vidas que es lo más importante, pero también tener las condiciones para adelantar todos los estudios técnicos que ahora deberán ejecutar la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres, Corpourabá y el Ideam, con el fin de determinar la magnitud de estos movimientos geológicos.
La alerta desatendida que dejó muertos
Hace un año, durante el primer puente festivo de junio, el paseo en aguas de Mutatá terminó en tragedia, luego de que una creciente súbita del río Mutatá arrastrara a cinco personas que se encontraban pescando y disfrutando la tarde en un balneario Puntiadero, uno de los principales destinos turísticos de la región.
Antes de la tragedia, señales que agua turbia y un caudal particularmente aumentado y potente. Sin embargo, estas advertencias de la naturaleza no fueron atendidas oportunamente y en cuestión de segundos la creciente arrastró con los bañistas y dos pescadores, entre los que se encontraban una mujer y su pequeño hijo de cuatro años de edad.
La emergencia, no obstante, demostró la capacidad de respuesta en el municipio en coordinación con el Sistema de Alerta Temprana del departamento, SAMA, que tras la creciente súbita emitió las alertas correspondientes para que las comunidades aguas abajo tomaran las medidas y se resguardaran, lo que evitó que la cifra de afectados y víctimas aumentara. La alerta comunitaria, apoyada en un chat de emergencias del municipio en el que están autoridades y líderes comunitarios, logró activó la atención de los organismos de emergencia. Ahora esperan que ante nuevas declaratorias ninguna vida se pierda antes de activar los sistemas de alerta temprana.
El miedo a los “influenciadores” irresponsables
En el nuevo estudio de riesgo de movimientos en masa en Antioquia quedó corroborado que uno de los puntos calientes de este tipo de eventos geológicos abarca la zona de influencia de la cordillera Occidental, en subregiones como el Suroeste y Occidente, áreas proclives a lluvias frecuentes y también a la actividad geológica, sumado a las grandes poblaciones asentadas. En dicho estudio figuran como municipios con alto riesgo Salgar, Ciudad Bolívar, Betania, Andes, Urrao, Caramanta, Jardín, y también Dabeiba y Mutatá, donde históricamente han ocurrido los llamados enjambres, decenas, cientos y hasta miles de movimientos en masa que ocurren en muy poco tiempo.
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Es una zona única en el mundo por una razón, en esa la esquina donde se ubica el país y concretamente en toda la bioregión que va desde el Urabá hasta Panamá se encuentran tres placas tectónicas: la placa Caribe que se desplaza desde el norte 20 milímetros al año; la Nazca, en el Pacífico, frente a la franja occidental de América del Sur; y la Sudamericana que atraviesa el subcontinente. El acomodo una encima de otra desencadena un proceso conocido como subducción. De esas colisiones violentas se generan los sismos, las formaciones geológicas y de las fracturas que dejan esas colisiones se forman las fallas. En el Urabá tiene influencia el activo sistema de fallas es la Palestina, el cual nace en la Serranía de San Lucas, en la ecorregión del Magdalena-Urabá antioqueño, y baja hasta el volcán Nevado del Ruiz. En ese sistema de fallas se distribuyen los volcanes del Ruiz, Santa Isabel y El Cisne.
Ahora bien, todo esto es importante que lo conozca la ciudadanía porque, generalmente, sobre muchos de los destinos que se vuelven de la noche a la mañana enormes destinos turísticos, las personas solo conocen el lado bonito de estas zonas; los bellos paisajes, paradisíacos y fotogénicos, pero desconocen todo el contexto en el cual se enmarcan. Esa debería ser una tarea prioritaria de los responsables de masificar esos destinos, como ocurre con los influenciadores, quienes lejos de hacerlo o poner al día a sus seguidores sobre la actualidad de este tipo de lugares, caso puntual ante el cierre por riesgos naturales como en Mutatá, siguen haciendo promoción de lugares aún en épocas de eventualidades, lo que lleva a miles de turistas a terminar visitando sitios cerrados –en el mejor de los casos– o terminar expuestos a riesgos innecesarios.