Alrededor del presidente Gustavo Petro hay varias peleas y acusaciones entre sus funcionarios. La más sonora es entre la canciller Laura Sarabia y el ministro del Interior Armando Benedetti. Pero hay otra que toca directamente a Angie Rodríguez, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), una funcionaria desconocida hasta hace unos meses que gracias a su desempeño fue recomendada por el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo para ocupar ese cargo tan poderoso. En la práctica, es el primer filtro del jefe de Estado en el día a día, quien maneja su agenda y coordina con el gabinete nombramientos y proyectos.
Justamente, por esas funciones, Rodríguez saltó al ojo del huracán hace unos días porque la exministra de Justicia, Ángela María Buitrago, la acusó de presionarla para hacer nombramientos en cargos clave y ordenar la suspensión de una contratación en curso en esa cartera. La denuncia incluye al ministro Benedetti en un presunto tráfico de influencias que ha sido negado por ambos funcionarios.
EL COLOMBIANO conoció la totalidad de los chats entre Rodríguez y Buitrago en los que se habla de varios temas propios del intercambio entre funcionarios, pero hay un que llama la atención, relacionado con el envío de la hoja de vida de Marcela Tovar para la dirección de Drogas del Ministerio de Justicia. Según Buitrago, ese sería un nombramiento motivado por Rodríguez, quien trabajó con Tovar en la administración de Petro en Bogotá. La funcionaria, se conoció en las últimas horas, es de profesión filósofa y al parecer no cumpliría con los requisitos para el cargo que tendrían que ser modificados.
Rodríguez, sin embargo, negó en una extensa entrevista a W Radio que Tovar fuera su “cuota” y dijo que el nombramiento fue decisión del presidente: “Es directamente el presidente que me dice ‘yo necesito a Marcela en la dirección de drogas’. Y lo que yo hago es transmitirle esa información a la señora ministra. Ella se molesta por ese requerimiento y dice que el señor presidente no le ha solicitado ese nombramiento”. Pero la molestia va más allá.
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“No me pongan más una lápida”: Rodríguez
Una vez se conocen las denuncias de Buitrago, la directora del Dapre le escribió: “Yo no hago presiones indebidas (...) no me pongan más una lápida exponiéndome en medios con cosas completamente falsas”. También le dijo, en referencia al presidente Petro, que “la agenda de él es muy cambiante y desde lo que pude facilité esos espacios de diálogo”. Esto, porque Buitrago expuso que desde hace por lo menos tres meses solo había podido hablar una vez con el jefe de Estado y que de hecho no tenía su número de celular, algo que también han manifestado otros funcionarios del Gobierno.
En la entrevista con ese medio, Rodríguez habló de su cercanía con el ministro Benedetti, señalando que ha tenido un contacto “más directo y fluido” debido a su rol como jefe de Despacho Presidencial: “He aprendido a valorar y apreciar ese hombre que de pronto no es tan bien visto en algunas instancias”.
La funcionaria también detalló cómo ha sido su relación con la canciller Laura Sarabia, otrora jefe de gabinete y también directora del Dapre. “Se lo he manifestado a ella: no me tomo los temas personales y trabajo de manera profesional por el país”, dijo, precisando que una de sus funciones es coordinar con todas las entidades, entre ellas la Cancillería. “Lo importante es sacar adelante la agenda y las directrices del señor presidente”.
En ese contexto, Rodríguez explicó su rol en el reciente periplo del presidente en China, teniendo en cuenta que jugó un papel de coordinación y empalme, incluso, por encima de la misma canciller. No obstante, advirtió que “el único protagonista y por el que votamos los colombianos, es el señor presidente y la vicepresidenta. (...) Hago todo lo posible porque podamos cumplir la agenda como se propone, pero pues obviamente en el día van surgiendo temas y se tiene que mover”, explicó, indicando que fue el jefe de Estado quien le encomendó organizar su agenda y que en ella siempre ha tenido cabida Sarabia. Fuentes cercanas a la canciller le han dicho a este diario que no es así.
Lo cierto es que el ambiente laboral entre el círculo cercano al presidente Petro no es el mejor y la expresión “fuego amigo” parece quedarse corta.
