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Cartas contra el estigma, una exposición sobre la realidad del consumo de sustancias psicoactivas en Medellín

La exposición Cartas a quien me mira es un proyecto que busca reducir el estigma contra los consumidores de sustancias psicoactivas

  • Mural realizado por el colectivo Yonkis Med como parte del trabajo con Elementa DDHH y Corporación Surgir. Foto Camilo Suárez.
    Mural realizado por el colectivo Yonkis Med como parte del trabajo con Elementa DDHH y Corporación Surgir. Foto Camilo Suárez.
  • La exposición estará abierta hasta el 10 de agosto. En la sala del museo hay un espacio para responder las cartas, cualquiera puede hacerlo. Foto cortesía Museo de Antioquia.
    La exposición estará abierta hasta el 10 de agosto. En la sala del museo hay un espacio para responder las cartas, cualquiera puede hacerlo. Foto cortesía Museo de Antioquia.
05 de julio de 2025
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Hasta el 10 de agosto se estará exponiendo en el Museo de Antioquia Cartas a quien me mira, un proyecto de Yonkis Med, Corporación Surgir y Elementa DDHH, en el que las personas que habitan la calle y usan drogas en Medellín hablan en primera persona de su condición, del estigma. Devuelven la mirada.

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“Un abrazo gigante para tí, que brille tu luz... pero yo me pregunto por qué me miras así. Somos seres humanos. Entiendo esa mirada y esa actitud, creo que no es la adecuada... antes de uno juzgar hay que tener humildad (...) La invitación que yo te brindo es apreciar los momentos y reconocer que hay sustancias que arruinan las vidas, tu vida, mi vida y nadie esta exento. Toma nota. P.d: no me mires así. No me señales”, dice una misiva.

“Hoy tengo tantos interrogantes en mi cabeza, de cuál es la posición que debemos tener cuando un ser amado está pasando por un tema de consumo. Yo, como profesional en psicología, como familia, fui muy estigmatizadora (...) El sistema debe replantear las formas de acompañar a las familias, de disminuir el estigma, de no uniformar procesos de cada persona que está pasando por el consumo”, dice otra.

La exposición es parte de la estrategia de incidencia del documento Derechos en Contexto Medellín, drogas y disputas, una investigación que tuvo como propósito indagar en los riesgos que sufren los consumidores de sustancias psicoactivas en la ciudad. Para ello hace un balance de la situación de derechos humanos de los consumidores. Dicho trabajo parte de una revisión histórica que incluye textos de Alonso Salazar, María Teresa Uribe de Hincapié, Corporación Región, la Escuela Contra la Drogadicción, CINEP, Casa de las Estrategias, Comisión de la Verdad, artículos de prensa y documentos de la Alcaldía de Medellín, la Gobernación, el Congreso, el DANE, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y más. Es una revisión con carácter histórico acompañada con un trabajo de campo en el que participaron Corporación Surgir y Yonkis Med.

–En el trabajo de campo hicimos unos análisis muy interesante de que existen unos espectros de consumo en la ciudad. Hay unos consumos que son orgullosos y hay unos consumos vergonzantes. Dentro de estos consumos orgullosos hay sustancias legales e ilegales. Está el alcohol, que en la ciudad es un mediador muy importante de la socialización, y que se ha naturalizado mucho para cualquier espacio familiar, comunitario. También el cannabis ha sido muy importante para la ciudad: Medellín tuvo la primera marcha cannábica y hay muchos movimientos sociales alrededor de esto, activistas, empresarios. Estos consumos orgullosos tienen la capacidad de generar identidades vocales, de colectivizarse y politizarse, de tomarse el espacio público. Los consumos vergonzantes generan lo contrario, aislamiento, consumos mucho más individuales que son castigados en el espacio público, que son mal vistos entre los usuarios y generan más riesgos. Ahí encontramos principalmente los consumos de heroína y bazuco –dice María Clara Zea, investigadora de Elementa DDHH.

A partir de los hallazgos de la investigación, el documento presenta varias recomendaciones en cuanto al uso del espacio público en la ciudad, los lugares de consumo, la frecuencia de uso, la necesidad de producir información y, por último, la desintoxicación de las narrativas, es decir, el desmonte de prejuicios al hablar de drogas.

“En el caso particular de Medellín, encontramos que uno de los riesgos sociales más recurrente es la estigmatización, la cuál se alimenta del miedo, la desinformación y la discriminación hacia las personas que usan drogas (...) El desintoxicar narrativas es una tarea que todos podemos asumir para navegar y hacer mella en el sistema de prohibición desde Medellín (...) Es necesario, entonces, escuchar y dar voz a las múltiples narrativas presentes en estos espacios, incluyendo a las de las personas que usan drogas”, dice el documento. De ahí las cartas.

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Para hacer este trabajo se recorrió el centro de Medellín, se hicieron talleres, se habló del estigma, qué es, de dónde viene, y se invitó a la gente a escribir. La carta era libre, sin remitente específico, pero al leerlas encontraron que habían aparecido unas categorías, o mejor, unos remitentes específicos: la comunidad, el sistema, la familia, la espiritualidad y a sí mismos.

Entonces escogieron una carta por categoría, esas son las que están expuestas en las vitrinas del museo, pero también hicieron un fanzine por categoria que reúne todas las cartas, esas también están en el museo, en una sala llamada Ver para Leer, que es de entrada gratuita. Allí, quién quiera, puede responder las cartas.

–Nosotras creemos en la importancia de que cada uno asuma su responsabilidad en la reproducción del estigma. Hay gente que dice que por no se usuaria no tiene nada que ver con esto, pero si tienen que influye qué hablamos de esto y cómo lo hacemos–, dice María Clara Zea.

Yonkis Med: nada sobre nosotros sin nosotros

Yonkis Med es un colectivo de usuarios de sustancias inyectables que se formó a partir de las actividades que realiza el Centro de escucha de la Corporación Surgir.

Todo empezó por necesidad, porque en Medellín no les estaban vendiendo jeringas, y eso genera mayores riesgos en el consumo. Entonces mandaron un derecho de petición y empezaron a reunirse. Con los días, se sumaron más integrantes. Se reunen cada miércoles a las 2:30 p.m. en el Centro de desarrollo de la Candelaria y hablan un poco de todo, de lo que les pasa, de las acciones que quieren emprender como colectivo, de sus derechos, de la autonomía.

Hay hombres y mujeres de todas las edades. Hay unos consumidores activos, otros que han pasado por rehabilitación, otros que quieren consumir menos.

“Queremos que esto vaya más allá de la empatía, que se convierta en inclusión, en oportunidades. Somos personas que tenemos talentos, capacidades”, dice Fernando, uno de los integrantes.

“A mí me ha mantenido acá que es un espacio en el que no me siento juzgada, ni maltratada”, dice Daniela, otras de las integrantes.

El colectivo no tiene un enfoque religioso, tampoco tiene por propósito que los integrantes dejen de consumir. Buscan establecer relaciones y generar acciones que garanticen sus derechos a pesar de sus decisiones. Entender el consumo, las particularidades, generar información y a partir de ahí estrategias.

Por le general, cuando se habla de drogas, se pierden los matices. Los consumidores son adictos y lo que se espera de ellos es que dejen de consumir, para que se reincerten en la sociedad. Se piensa en consumo como el principio de un problema, pero muchas veces es el final.

Héctor, integrante de Yonkis Med dice que la mayoría de consumos no son problemático, pero que el consumo problemático es un síntoma, es la manifestación de algo más, un entorno precario y/o una biología en falta, un dolor, pero en este modo inmediatista de entender el mundo y sobre todo la salud, se quiere atender como si fuera un dolor, con una pastilla, sin entender cuáles son las condiciones que lo generan.

Escuchar antes de señalar

Corporación Surgir empezó hace 46 años. En principio enfocó su trabajo en la prevensión del consumo, ahora trabajo también en otra área de revisión y riesgo de daño.

Dentro de sus programas está el Centro de Escucha enfocado en atender la población en condición de calle. Su función es ser puentes, articular. Escuchan las necesidades de las personas en la calle y las llevan a quién sea necesario. Les ayudan, por ejemplo, con acceso a la salud, a retomar contacto con sus familias o a rehabilitación. Lo que haga falta.

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