Gestores culturales de El Santuario afirman que la Orquesta Sinfónica Roberto Pineda Duque, la primera de su tipo en el Oriente, enfrenta diversos problemas en su funcionamiento debido a las condiciones laborales y formativas que docentes y estudiantes tienen actualmente.
Desde hace dos meses, los jóvenes que hacen parte de la agrupación no han tenido ensayos debido a la falta de un director titular. A esto se suma los puestos vacantes de profesores en los semilleros de violín, viola y chelo, lo que ha hecho que los estudiantes interrumpan y hasta desistan de sus procesos formativos.
Lea: “No es solo una presentación, es un compartir cultural”: Jeremy Winston y la fuerza del góspel llegan a Medellín con Porgy and Bess
Según integrantes de la banda, en parte, esto se explica por la precarización laboral a la que se ven sometidos los docentes de la Orquesta, la cual es financiada por la Alcaldía Municipal. Desde el año pasado, algunos de los promotores –los profesionales que dirigen los cursos– han sido contratados hasta por solo 40 días y con interrupciones de hasta dos meses para reiniciar labores. La inestabilidad al interior de la banda fue el motivo por el que Camilo Alzate, exdirector de la Sinfónica, abandonó su cargo, dicen los gestores.
Ingrid Bedoya, violista de la Orquesta desde 2015 e integrante de la Asamblea Cultural de El Santuario, señala que esta situación lo que ha hecho es retrasar el proceso artístico y formativo de los integrantes del grupo. “Esta es la primera vez que realmente sentimos que la Orquesta está en riesgo, en peligro”, asegura. La artista señala que de esto da cuenta la cantidad de conciertos que han realizado en los últimos dos años: en 2024 fueron cuatro, en los ocho de meses de este año van dos, mientras que en 2023 se realizaron 12.
Para ellos este no es el único caso de precarización laboral, interrupción de procesos artísticos e incertidumbre por la realización de algunos de los eventos culturales más importantes del municipio.
Según las denuncias, la llegada del alcalde Martín Duque, en 2024, ha fracturado múltiples procesos, afectando a la comunidad. A pesar de haber tenido encuentros con la administración local, los líderes aseguran que sus peticiones no han sido atendidas con respuestas y acciones concretas.
También pasa con el cine. Cineóptero, el cineclub de la Casa de la Cultura Luis Norberto Gómez, es uno de los espacios culturales que se han debilitado, aseguran los líderes. Esta iniciativa tiene casi dos décadas y fue una de las pioneras de las actividades sobre el séptimo arte en el municipio.
Puede leer: El primer chicharrón para la ministra (e) Yannai Kadamani: orquestas sinfónicas regionales denuncian grave recorte de presupuesto
Carolina Muñoz, quien fue promotora en la Casa de la Cultura, cuenta que hasta el año pasado el cineclub funcionó de manera regular: la proyección de las películas eran elegidas por temáticas o directores. Los integrantes del espacio escogían los filmes, el cual desde su origen ha estado abierto a todo público. Pero en junio del año pasado, mes en el que la propuesta era tener un ciclo dedicado a la diversidad sexual y de género, la Alcaldía habría buscado que este tema se cambiara para mejor proyectar películas relacionadas con la familia.
Muñoz explica que, a pesar de que se hizo caso omiso frente a la temática, este año, “silenciosamente, el club fue desapareciendo como se le conocía [...] En la agenda cultural el cine club dejó de aparecer”.
También hay quejas en el sector de la cultura viva. Por ejemplo, el Festival de la Chicha y la Cultura, que en 2025 celebrará su novena edición, padece la incertidumbre respecto a las fechas y lugar de su realización.
Desde su creación se ha realizado en el Parque de la Judea, pero este año la administración negó el permiso para desarrollarlo en este mismo espacio. Juan Diego Alzate, quien hace parte del equipo que organiza el Festival, explica que han sido varias las conversaciones que se han sostenido con la administración, pero que no se ha llegado a un consenso para así continuar con la planeación y desarrollo de la nueva edición del evento.
Estas denuncias fueron expuestas públicamente este lunes 25 de agosto en la sesión del Concejo concedida a la única concejala de oposición, Deicy Carolina Duque. Las preocupaciones de varios sectores de la comunidad por la situación cultural de El Santuario fueron abordadas en el espacio, en el que también participó la administración.
Farid Rodríguez, secretario de gobierno, atendió a las preguntas de EL COLOMBIANO. Frente a los cuestionamientos por presupuesto y condiciones laborales en la Casa de la Cultura, el secretario defendió la gestión de la administración: “Es erróneo decir que no tenemos el presupuesto para trabajar. Lo que hacemos es optimizar los recursos con transparencia”. Sobre las críticas relacionadas con la diversidad sexual y de género, aseguró: “El alcalde es un alcalde de familia, pero respeta mucho la libertad de cada persona [...] No excluye a las personas por cierta condición”. En cuanto a la contratación, señaló que “no se trata de contratar por contratar, sino de verificar la necesidad real de la comunidad”.
“Nunca hemos dicho en el Festival de la Chicha que se va a negar, nunca. Lo único que estamos diciendo es que vamos a mover el lugar hacia otro espacio donde se les brinde las garantías con toda la institucionalidad”, concluyó.