Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Briela Ojeda presenta su nuevo disco, Andariega: “También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz”

La cantautora nariñense llega a Medellín para presentar en concierto su nuevo trabajo musical. La ciudad la recibe con un sold out en La Pascasia. En entrevista con EL COLOMBIANO habló de este nuevo viaje.

  • Briela Ojeda se presentará en Medellín el 22 de abril. Foto: Cortesía Briela Ojeda.
    Briela Ojeda se presentará en Medellín el 22 de abril. Foto: Cortesía Briela Ojeda.
  • Briela Ojeda presenta su nuevo disco, Andariega: “También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz”
  • Briela Ojeda presenta su nuevo disco, Andariega: “También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz”
  • La cantautora nació en Londres, pero vivió la mayor parte de su vida en Pasto. Se considera a sí misma nariñense, su familia es del departamento. Foto: Cortesía Briela Ojeda.
    La cantautora nació en Londres, pero vivió la mayor parte de su vida en Pasto. Se considera a sí misma nariñense, su familia es del departamento. Foto: Cortesía Briela Ojeda.
hace 5 horas
bookmark

En 2021, Gabriela Ojeda, conocida como Briela, acababa de volver a Pasto luego de viajar como mochilera por Latinoamérica. Con ella viajó siempre su guitarra, la que, junto a su voz, le consiguió varias noches bajo techo. Con esa misma, y con la influencia de la región Andina corriendo por su cabeza y sangre, la cantautora escribió su primer disco: Templo Komodo (2021).

Los suaves acordes de aquel trabajo llamaron la atención del público colombiano; de aquellas personas cuya sensibilidad con el mundo se veía reflejada en los versos sobre magia, hechicería y renacimiento; en las metáforas sobre nubes, montañas, agua, tierra y raíces. Con eso y una portada colorida, Ojeda se consolidó como una figura reconocida en la música alternativa del país.

Donde fuera, la gente la reconocía como aquella mujer tranquila, “zen”, liviana... sin embargo, ella misma sabía que, aunque dentro de sí misma habitaba todo eso, también convivía con sus prejuicios, su mal humor e indisposición. Por eso, casi cinco años después (2025), la artista estrenó Andariega, su segundo disco. Un trabajo enfocado en volver a sí misma y hablar sobre su lado más opaco.

Briela Ojeda presenta su nuevo disco, <i>Andariega</i>: “También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz”

En un concierto de 2023 mencionó que estaba cansada de cantar las canciones de Templo Komodo.

Saqué el disco hace 4 años, y yo no cantaba cada dos meses o cada cuatro meses; si puedo cantar tres veces al mes, lo hago, me encanta. Inevitablemente, se empezó a volver algo muy repetitivo para mí. Sentía como cuando tú de repente te ves al espejo, te miras el pelo y dices: “No me siento yo”. Quería verme al espejo y decir: “Así, estoy súper yo”. En ese tramo entre Templo Komodo y Andariega me miraba en el espejo y decía: no me reconozco, necesito volver a narrarme, volver a mi verdadera Gabriela. La vida después de la pandemia se ha vuelto más frenética, despelucada, peligrosa; y eso te pone más cabrona. Canciones como Liviana ya hicieron lo suyo, era tiempo de algo más”.

Le puede interesar: Ela Taubert, la nueva voz del pop colombiano y sus Preguntas a las 11:11

¿Qué caminos tuvo que seguir para re-narrarse?

Templo Komodo trata de mirar para adentro, es algo de párpados cerrados. Andariega es sobre cómo patentas tú esa relación que ya tienes con el universo, como tú te relacionas con el mundo. Pero obviamente teniendo el eje en ti. Entonces, claro, habrán algunos viajes internos pero la mayoría son externos”.

¿Cómo cuáles?

La cara de la Ortiga es la única canción que habla de la quietud, las demás son de puro movimiento. En Andariega estoy más suelta, ya no tengo la energía zen que tenía en Templo Komodo. Ahora Gabriela está bailando, zapateando, está feliz, despeinada, sonriendo. El tono del disco también cambia la energía con la que me aproximo a la tarima; más extrovertida y alegrona. Andariega es luminoso por dentro, y algo más oscuro por fuera”

Briela Ojeda presenta su nuevo disco, <i>Andariega</i>: “También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz”

Hablando de oscuridad. ¿Por qué las metáforas con el azul en Andariega? ¿Por qué va “con los pies pintados de azul”?

Hace un rato tomé cursos de composición con Mariah Carey y ella decía que para hacer canciones con las que la gente se sienta identificada debemos generar recordación. No es lo mismo decir: ‘Son las dos de la tarde’, a decir “las dos de la tarde son color naranja”. En la canción también hablo de tener los ojos en las tripas y es tan abstracto que casi nadie se acuerda. Pero todos recuerdan y pueden imaginar las huellas azules en la tierra: si tuviéramos los pies pintados de azul iríamos dejando zafiros, si tuviéramos los pies pintados de rojo, dejaríamos rubíes.

Mucha gente me ha preguntado si los pies pintados de azul es una metáfora para decir que estoy enferma, y es gracioso, pero no. Y no, tampoco quiere decir que tengo frío. Sino que veo mis pies y de repente recuerdo como he transitado cuerpos de agua, recuerdo el color del cielo al que miro mucho y me doy cuenta de que el viaje siempre ha sido azul. Me di cuenta de que decir que tengo los pies pintados de azul es una forma de decir: he recorrido todos estos lugares del planeta: el mismo cielo, el mismo mar”

¿Y la estrella azul de la portada? Contrasta con la temática blanco y negro...

No sé cómo terminó siendo algo a blanco y negro, solo sabía que quería un contraste con Templo Komodo, porque Andariega es un disco más barroco. El azul eléctrico hace contraste con el blanco y negro y eso me gustó, pero lo que más me convenció fue que el productor de este disco, Juan David Villaceres, es daltónico, y eso me conmueve mucho. Si yo elegía un color verde esmeralda, él no iba a diferenciar las figuras ni las formas del disco que estaba produciendo. Para la fotografía fue más como un lance de: quiero que se vea mi movimiento. Hicimos un vestido que tuviera ondas y me puse a saltar a las 6 de la mañana en los bordes de la laguna de Suesca”.

A pesar de que Andariega es un nuevo camino, hay un tema que se repite tanto en este disco como en Templo Komodo: la magia...

Me gusta la pregunta porque ese ha sido el reto, porque yo sé que cerrando los ojos y estando sola manifiesto mucha magia. Y también soy consciente de las maneras en que muevo esos hilos invisibles. Eso es parte de la magia femenina, de ser consciente de cuáles son las variables de un mismo tema y enfocar la energía mental hacia un foco. Es un tema bastante etéreo, ponerlo en palabras me pone a balbucear, pero con el tiempo he empezado a ver diferentes manifestaciones de la magia y a trabajar con ello”.

¿Cómo se relaciona esto con encontrar, de nuevo, la autenticidad en usted misma?

La magia es todo lo que ocurre alrededor, las cosas que suceden sin explicación pero que igual necesitas que pasen para poder seguir en el camino correcto y decir: estoy por donde tengo que estar, debo seguir a esa mariposita, a esa intuición. Por mucho tiempo creí que esta concepción de la magia acompañaba a todas las personas, entonces no lo creía algo especial. Pero siempre tuve esa mirada y la necesidad de sentir que estoy atrayendo todo lo bonito, que atraigo lo que necesita mi alma para crecer. Esas cosas que uno necesita no siempre son positivas, pero te llevan a experimentar el mundo. La magia me da pistas. La magia me ha enseñado a jugar con las palabras; tiene sus reglas, pero me permite sentirme en danza con el universo. La magia es la misma música”.

¿Con qué canción sintió esa magia?

Mientras componía La cara de la ortiga tenía dos cosas: una maqueta y una melodía atrapada en mi cabeza. Eso pasó una noche en la que yo estaba en una ceremonia; hablábamos de aves, pájaros, del colibrí, y contaron un cuento en el que se había acabado el fuego, y todos los animales buscaban al pájaro para que encontrara al fuego. Al final, el colibrí es el que trae el sol, pero el sol de piso, es decir: el fuego. Desde ese día se me empezaron a aparecer un montón de colibríes. Y cada vez que canto esa canción, me visitan. Todo esto para decir que mis abuelos se fueron en los años recientes y he sentido su compañía en aquellas visitas. Son anécdotas que te van diciendo: ‘Esto no se trata únicamente de números’, nosotras estamos tejiendo red, telarañas del consciente e inconsciente. Eso también es un acto de magia: deja que pasen las cosas y confía”.

La cantautora nació en Londres, pero vivió la mayor parte de su vida en Pasto. Se considera a sí misma nariñense, su familia es del departamento. <b>Foto: </b>Cortesía Briela Ojeda.
La cantautora nació en Londres, pero vivió la mayor parte de su vida en Pasto. Se considera a sí misma nariñense, su familia es del departamento. Foto: Cortesía Briela Ojeda.

Sus letras tienen muchas metáforas, ¿cómo llega a ellas?

Me encantan las metáforas, pero me pasa que a veces no me entienden muy bien. Para mí el sol de piso es el fuego, las bailarinas son las llamas. Para Andariega entonces también quise probar ser un poco más directa, más literal. A veces estoy escribiendo y digo: carajo, no sé cómo describir algo, y quiero escribirlo para que tenga fondo pero no quiero palabrear por palabrear. En esos casos me sirve tararear y dejar que las vocales vengan solas: confiar. Empiezo a ver qué palabra cuaja mejor y qué comunica más.

Hay canciones de Andariega que las hice así pero bajo presión, en ese sentido fue un proceso totalmente distinto a Templo Komodo porque con ese disco tuve todo el tiempo del mundo para hacerlo. Mi segundo disco lo hice todo en el último año. Primero terminé Lúcida, Abracadabra y Ay de Mí. Con las demás canciones fue casi como un juego. En Andina fui improvisando sobre la letra y quedó grabada con equivocaciones, dije ‘algaraviva’ en vez de algarabía. La cagué y quedó divino. Hay letras que me llegan poéticamente y otras que me llegan como un escupitajo”.

¿Por qué empezó el disco con Ay de mí? Es una canción algo oscura...

“Cuando la gente me empezó a reconocer por Templo Komodo sentí que, como había cantado cosas tan bonitas, empezaron a asumir cosas de mí que no son. Todos creían que soy un ser de luz, un ser chamánico, casi medicinal. Yo me miraba al espejo y decía: esa no soy yo, no soy solo eso. No soy Liviana todo el tiempo, soy sombra. También tengo mi lado oscuro, no siempre se puede ser luz. A veces no me quiero tomar fotos, pero todos esperan que yo sea esta mujer zen y diga que sí a todo.

Empezar con Ay de mí fue una forma de decir: me intenté idealizar, no soy así, es frustrante, pero tampoco es tan grave. Soy lo que soy, no soy una mala persona tampoco pero me confieso: tengo prejuicios. Ahora, desde aquí, me conoces: bienvenido a mi mundo interno, bienvenido a ver el externo”.

Le puede interesar: Bad Bunny y su camino a convertirse en súper estrella

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD