Dentro de un año, exactamente el 11 de junio de 2026, rodará el balón en el Mundial de Norteamérica. Por primera vez, el torneo contará con la participación de 48 selecciones, 16 más que en la edición de Qatar 2022.
Actualmente, las eliminatorias se llevan a cabo en las diferentes confederaciones afiliadas a la FIFA. Además de los países anfitriones —Estados Unidos, Canadá y México—, ocho naciones ya han asegurado su cupo: Japón, Uzbekistán, Corea del Sur, Jordania, Irán y Australia (hace rato cambió de clasificatorio) por Asia; Nueva Zelanda por Oceanía; y Argentina por Sudamérica.
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El partido inaugural se disputará en el emblemático Estadio Azteca de Ciudad de México, con la selección mexicana como protagonista. Su rival se conocerá en el sorteo de la fase de grupos, que probablemente se efectuará en Estados Unidos durante la primera quincena de diciembre de 2025. El Estadio Azteca se convertirá en el primer escenario en albergar encuentros de tres Mundiales diferentes: 1970, 1986 y 2026. En la misma jornada inaugural, habrá un segundo partido en el Estadio Akron de Guadalajara. Al día siguiente, el viernes 12 de junio, las otras dos naciones anfitrionas debutarán: Canadá en el Toronto Stadium y Estados Unidos en Los Ángeles (SoFi Stadium).
La Copa del Mundo de 2026 marcará un hito en la historia del deporte más popular del planeta. Los argentinos defenderán su título, y el torneo será un posible epílogo en las carreras de figuras como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, mientras se espera la consolidación de nuevas estrellas como Lamine Yamal y Kylian Mbappé.
El impacto geopolítico en Estados Unidos
Más allá del ámbito deportivo, el Mundial que se avecina estará influenciado por las consecuencias de las políticas comerciales, migratorias y geopolíticas surgidas tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, que han dado un nuevo matiz al certamen.
Según la agencia AFP, en 2017, la “candidatura conjunta” de EE. UU., Canadá y México para el Mundial de 2026 se presentó con un mensaje de paz y armonía, con la Estatua de la Libertad de fondo. En ese momento, Sunil Gulati, director ejecutivo de la federación estadounidense, afirmó: “No creemos que el deporte pueda resolver todos los problemas del mundo, pero creemos que es una señal muy positiva y un símbolo de unificación para los pueblos de nuestros tres países”.
Sin embargo, ocho años después, esas buenas intenciones se han visto eclipsadas por la geopolítica y las decisiones de Trump, máximo mandatario de los estadounidenses desde finales de 2024. Las relaciones con México y Canadá se han tensado, pues el presidente estadounidense ha criticado duramente a estas naciones, expresando su deseo de restringir el acceso de visitantes extranjeros y sugiriendo incluso convertir a Canadá en el “estado 51” de EE. UU. “La antigua relación que teníamos con EE. UU., basada en la profunda integración de nuestras economías y la estrecha cooperación en seguridad y defensa, ha terminado”, comentó el primer ministro canadiense, Mark Carney.
Doce países afectados
El pasado lunes entró en vigor una orden presidencial en Estados Unidos que impide el ingreso a su territorio a ciudadanos de 12 varios países, reviviendo una medida similar implementada durante el primer mandato de Trump. Con ella, el gobierno busca frenar la llegada de refugiados y restringir aún más la inmigración irregular, en medio de su arremetida contra extranjeros indocumentados.
La prohibición incluye a Afganistán, Birmania, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán (ya clasificado), Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Muchos de estos países tienen rivalidades con la Casa Blanca, como Irán y Afganistán, mientras que otros enfrentan graves crisis internas, como Haití y Libia.
También se impuso una restricción parcial de entrada a ciudadanos de Cuba, Venezuela (sueña con ir a su primer Mundial), Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán, aunque se permitirán algunos visados temporales de trabajo para personas de estos países. Trump advirtió que otros países podrían agregarse a la lista “cuando emerjan nuevas amenazas en el mundo”. Es importante destacar que esta medida no aplica a los futbolistas clasificados al Mundial de 2026, ni a los atletas que participarán en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, ni al personal diplomático de los países afectados.
Dificultades para los hinchas
Apoyo de las ciudades de Estados Unidos
Las autoridades de las ciudades estadounidense sedes del Mundial de 2026 aseguraron que los aficionados extranjeros serán bienvenidos en el torneo a pesar de la incertidumbre generada por las preocupaciones sobre visas, controles fronterizos y malestar social. Afirmaron que la administración del presidente Donald Trump mantiene un “fuerte respaldo” a la Copa del Mundo. Once ciudades estadounidenses albergarán la mayor parte de los partidos del Mundial del próximo año, junto a tres de México y dos de Canadá. Meg Kane, directora del comité organizador de Filadelfia, afirmó que, si bien los funcionarios planificaban “en medio de la incertidumbre” debido a asuntos a nivel nacional e internacional, la administración Trump apoyaba firmemente el torneo.
¿Cómo responde Canadá al reto?
Canadá no suele ser conocida por su fútbol, pero este está prosperando. El primer partido de esa selección en el Mundial será el 12 de junio de 2026 en Toronto. La ciudad suele citarse como una de las más diversas del mundo y donde la inmigración ha impulsado la popularidad del balompié.
Junto a Montreal y Vancuver, es además una de las tres poblaciones del país en contar con un equipo participante en la Major League Soccer, el campeonato profesional norteamericano.
Según un informe publicado el año pasado por la Fundación Jumpstart, el 62% de los jóvenes canadienses ha jugado al fútbol más de una vez en los últimos tres años, mientras que la natación ocupa el segundo lugar con un 44%. El auge del balompié también ha coincidido con un descenso de la participación juvenil en el hockey sobre hielo, el deporte nacional. El interés de los canadienses por el Mundial ha crecido. En 2022, la selección nacional y su jugador estrella, el lateral Alphonso Davies, del Bayern de Múnich, se clasificaron al torneo de Qatar tras 36 años de ausencia mundialista.
