Pero más allá de los tantos, hubo una imagen que resumió la emoción de una clasificación trabajada: el rostro de James Rodríguez, capitán y figura, celebrando desde el banco de suplentes.
El 10 se propuso llevar al equipo del entrenador Néstor Lorenzo a Norteamérica para olvidar la amargura de quedar fuera de Catar 2022, en una eliminatoria muy traumática para una generación dorada.
A falta de una fecha para que termine la eliminatoria, los cafeteros son quintos con 25 puntos y visitarán a Venezuela el próximo martes. Bolivia es octava con 17 unidades, una menos que los que suma la ‘Vinotinto’, su único competidor en la búsqueda del repechaje
La emoción de un líder que lo ha dado todo por Colombia
Tras anotar el primer gol y ser sustituido en el minuto 61, James vivió los últimos minutos del partido desde el banquillo, junto a sus compañeros y el cuerpo técnico.
Al sonar el pitazo final, la emoción desbordó al ‘10’ de la Tricolor. Lágrimas de alegría rodaron por su rostro, en un momento que se prevé será el preámbulo de su tercer mundial. Su entrega y corazón en cada partido han sido reconocidos y valorados por todos.
El defensa Johan Mojica resumió el sentir de un equipo que reconoce el liderazgo de su capitán a lo largo de todo este trayecto de Eliminatorias al Mundial, luego de no haber logrado el objetivo en 2022.
“Él ama la Selección, igual que todos, pero él es nuestra insignia, nuestra alma de la Selección y debemos guardarle un respeto y valorar lo que ha hecho, por eso él llora, porque él siente esta clasificación como nadie”, expresó.
Al final de la noche, el mismo James expresó lo que esta clasificación significaba para él. Además de que se convirtió en el máximo anotador y con presencia de partidos de Colombia en las Eliminatorias al Mundial.
“Es un orgullo grande. Yo siempre quise dar todo en cada partido que jugué, siempre quise dejar todo y bueno, hasta el último día que se haga voy a dejarlo absolutamente todo”, detalló el 10, que ahora mira hacia el futuro con la convicción de que el esfuerzo valió la pena.
“Son 3 mundiales, cuando era niño soñé con estas cosas, siempre queremos jugar bien, este equipo tiene hambre”, concluyó James Rodríguez, el capitán de Colombia.