Carlos Vélez dice, de manera jocosa y con orgullo, que la pasión que tiene por el baloncesto le ha permitido a un “montañero de Yarumal” viajar y conocer 27 países en tres continentes, y lo tiene soñando con ser uno de los elegidos para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Y es que este árbitro internacional, de 40 años, ha edificado una carrera que le permite ser, en la actualidad, el único representante de Colombia y el segundo de América en impartir justicia en la Copa Intercontinental de Clubes en Singapur.
La historia de Carlos arrancó en Yarumal, su pueblo natal. Allí, a la par de sus estudios en el colegio, empezó su formación en baloncesto, primero como jugador. Era un armador que manejaba los dos perfiles (diestro y zurdo) y que tenía un buen promedio en los lanzamientos de tres puntos. Sin embargo, cuando quiso avanzar a ser parte de la Selección Antioquia, su estatura de 1,75 metros no fue tan favorable y por ello decidió dedicarse al arbitraje.
Llegó a Medellín a los 17 años, junto a dos primos, ilusionado con seguir estudiando y conseguir trabajo. Fue así como, mientras estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad de Antioquia, arrancó su formación para ser árbitro.
Pero los paros y la cancelación de las clases lo hicieron retirarse e iniciar otra carrera, por eso se graduó como Contador Público de la Universidad San Buenaventura y también realizó una especialización en Gerencia.
Vélez no olvida esa fecha: el 28 de marzo de 2003. Ese día empezó su estudio para árbitro porque quería hacerlo de una manera profesional, y desde entonces, además de tener su licencia para pitar en Medellín y Antioquia, también alcanzó su estatus para ser juez nacional.
En 2009 ya empezó a ser juez nacional y dos años más tarde viajó a Argentina para obtener la licencia internacional otorgada por la FIBA. Desde entonces, sus actualizaciones han sido constantes y orientadas directamente por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Ahora, en cada torneo al que es asignado, llega y, en los días previos a la competencia, realiza con sus demás colegas las respectivas capacitaciones y actualizaciones, ya que el baloncesto está constantemente en evolución y los cambios en sus reglas se dan casi cada dos años.
Una carrera que lo ha llevado a 27 países
Gracias a su disciplina y dedicación, Carlos ha sido elegido por la FIBA para arbitrar en 27 países, en torneos importantes como la Liga de Campeones, la Copa Continental de Clubes, la AmeriCup y en seis mundiales de diferentes categorías, tanto de la rama masculina como de la femenina.
De esos países que ha conocido, uno de los que más lo impactó fue Filipinas en 2003. “un choque cultural fuerte, empezando por la diferencia horaria (14 horas), un viaje de 30 horas, la comida atípica (comida de mar, pero de especies raras) y muy picante, pero fue una gran experiencia”.
Ahora, ese orgullo de representar al país en otros continentes y esa pasión por el baloncesto es algo que comparte con su pequeña Violeta, quien, con tan solo 4 años, lo acompaña cuando dicta los cursos para los nuevos árbitros en la Liga o cuando va a los partidos, mientras su esposa Liseth Hurtado se queda en casa junto a su otra bebé, Alma, quien acaba de cumplir cuatro meses.
Estas mujeres, la pelota naranja y formar nuevos colegas son los amores de Carlos, el árbitro que salió de Yarumal con el objetivo de cumplir un sueño, más allá de lo que le decían en el pueblo (estudiar, casarse, graduarse y trabajar en una empresa). Su llegada a la ciudad le abrió los horizontes y ahora, además de conocer 27 países y hablar inglés, sueña con seguir cumpliendo lo que él llama “micrometas”: pitar más mundiales, conocer países y continentes nuevos, y ser el árbitro colombiano en los Juegos Olímpicos.
Su dedicación y disciplina lo han llevado a estar en el listado de los 150 árbitros continentales (América) con mejor calificación, pero además integra el selecto grupo de 40 elegibles para torneos élite y, actualmente, es uno de los tres designados por América, junto a un juez de Puerto Rico y otro de Canadá, para juzgar en la Copa Intercontinental de Clubes en Singapur, donde espera sumar puntos y calificaciones destacadas para estar entre los elegidos para Los Ángeles 2028.
Un árbitro muy internacional
Carlos Vélez ajusta seis mundiales. Ha sido elegido para pitar en mayores y juveniles, en ambas ramas.
De igual forma ha estado en torneos en América, Europa y Asia, siendo lo más importantes las Copas Américas, Final Four de la Champions League, AmeriCup, Mundial Mayores Fiba y la Copa Intercontinental de Clubes.
Estuvo en el proceso de actualización con miras a los Olímpicos de París, pero no fue seleccionado para esas justas.