La final del Mundial de Clubes, con su renovado formato, dejó opiniones divididas entre espectadores, participantes y organizadores. A pesar de las críticas, parece que “el mundialito” llegó para quedarse, pues sus cifras económicas son muy favorables.
La competición insignia de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, fue vista con recelo desde el principio por asociaciones de futbolistas y ligas nacionales, especialmente en territorio europeo. Incluso cuando ya rodaba el balón en Estados Unidos, el reputado exentrenador del Liverpool Jürgen Klopp la calificó como “la peor idea jamás implementada en el fútbol”.
A diferencia de Klopp, Infantino piensa que “la edad de oro del fútbol de clubes ha comenzado”. Conozca los pro y los contra que dejó este nuevo formato de mundial de clubes a continuación.
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El Mundial de Clubes en números
“Ya es la competición de clubes más exitosa del mundo”, declaró Infantino, colocándola por encima de la Liga de Campeones de la UEFA con sus “cerca de 2.100 millones de dólares en ingresos”. Además añadió que “todos quieren volver”, refiriéndose a los clubes participantes.
Aunque la final fue 100% europea, con el triunfo del Chelsea 3-0 ante el Paris Saint-Germain, el torneo contó con el fervor de los aficionados internacionales, especialmente los sudamericanos, y vivió momentos vibrantes de escuadras como el Al Hilal saudita y sobre todo de los representantes brasileños. Gracias a sus éxitos sobre el césped y al entusiasmo del país, Brasil se ha postulado rápidamente para hospedar la próxima edición, prevista para 2029.
¿Es el Mundial de Clubes deportivamente recomendable?
En el plano deportivo, la mayoría de equipos compitieron con el cansancio acumulado de una temporada interminable y un grado de motivación variable. Muchos de los clubes no tuvieron buen tiempo de descanso y tendrán que retomar otras ligas después de finalizar el mundial de clubes.
Sin embargo para los organizadores FIFA, no fue tanto así: “Si se les pregunta a los clubes que han participado, todos dirán que quieren volver a jugar”, resumió Arsène Wenger, actual director de desarrollo del fútbol mundial de la FIFA.
El calor y la poca asistencia al Mundial de Clubes
El éxito de la competición entre la hinchada global resulta más difícil de medir. La asistencia a los estadios, una de las grandes incógnitas antes del inicio, ofreció todo tipo de imágenes.
Si bien el número de entradas vendidas no es nada desdeñable (alrededor de 2,5 millones), la elección de recintos enormes, con una capacidad mayoritaria de entre 70.000 y 80.000 localidades, dejó muchas tribunas vacías.
“Nuestras cifras están batiendo récords”, defendió Infantino al decantarse por “recibir a 35.000 personas en un estadio de 80.000 localidades que a 20.000 en uno de 20.000”.