Kash Patel, actual director del FBI, reveló el hallazgo de una habitación secreta en la sede de la agencia que contenía documentos y discos duros que habrían sido ocultados durante años por anteriores directores como James Comey.
Dentro del cuarto, se encontraron múltiples bolsas de destrucción —conocidas como “burn bags”— repletas de documentos sensibles que nunca fueron destruidos como correspondía.
Entre los hallazgos más relevantes se encontró el anexo clasificado del informe final del fiscal especial John Durham, en el cual se expuso la inteligencia original que respaldó su investigación sobre los orígenes de la operación “Crossfire Hurricane”, el polémico expediente que el FBI abrió en 2016 contra la campaña de Trump bajo sospecha de vínculos con Rusia.
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Las implicaciones del informe Durham
La documentación clasificada, cuya desclasificación está siendo coordinada por altos funcionarios como Tulsi Gabbard (actual directora de Inteligencia Nacional) y el fiscal general Pam Bondi, será entregada al senador Chuck Grassley, presidente del Comité Judicial del Senado, quien la publicará en los próximos días.
Expertos afirmaron que la inteligencia contenida en el anexo reveló que, incluso antes de que el FBI iniciara oficialmente “Crossfire Hurricane”, ya existía conocimiento dentro de la comunidad de inteligencia de que se intentaría vincular a Trump con Rusia como estrategia política. “Con la perspectiva que da el tiempo, esos documentos predijeron con asombrosa precisión lo que el FBI haría después”, aseguró una fuente al medio Fox News Digital.
Esto daría más peso a la teoría de que existió un esfuerzo coordinado dentro del gobierno para dañar la candidatura de Trump y beneficiar a Hillary Clinton en las elecciones de 2016.
¿Qué reveló el Comité Permanente de Inteligencia sobre el ´´Russia Hoax´´?
Este nuevo hallazgo llega justo después de la desclasificación de un informe del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara (HPSCI), el cual sostuvo que la narrativa de interferencia rusa fue fabricada por la administración Obama. El reporte señaló directamente a altos funcionarios como Brennan (CIA), Comey (FBI) y Clapper (DNI), y acusó a la comunidad de inteligencia de manipular evidencia, como el infame “Dossier Steele”, para justificar una investigación sin fundamentos contra el presidente electo.
Tulsi Gabbard, al hacer público el informe, calificó el episodio como “el uso más escandaloso de inteligencia en la historia de EE. UU.” y un intento deliberado de socavar la legitimidad de Trump. Según ella, la campaña mediática fue parte de un intento de “golpe de Estado de años”.
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El FBI bajo Patel
Desde su llegada a la dirección del FBI, Patel ha iniciado una transformación radical de la agencia, despidiendo a altos mandos, reabriendo investigaciones y prometiendo una “ola de transparencia”. Entre sus acciones recientes está la apertura de una investigación criminal contra el exdirector de la CIA, John Brennan, y otra contra James Comey.
Patel también ha comenzado a entregar al Congreso los documentos encontrados, algunos de los cuales están ligados al abuso de vigilancia contra el exasesor de campaña de Trump, Carter Page. Según el recordado “memo Nunes” de 2018 —que Patel ayudó a redactar—, el FBI basó solicitudes de espionaje en información del “Dossier Steele” sin revelar que este había sido financiado por la campaña de Clinton.
¿Qué sigue ahora?
El senador Grassley, uno de los principales impulsores de la transparencia sobre el caso, se prepara para hacer público el anexo desclasificado del informe Durham. Mientras tanto, figuras como el presidente Trump han expresado su deseo de que “todo se muestre”, y señalaron que estos documentos podrían exponer a quienes fabricaron la historia.
En paralelo, otros funcionarios cercanos a Trump como Tulsi Gabbard aseguran que Moscú tenía material sensible contra Clinton y que optó por no revelarlo antes de las elecciones de 2016, esperando utilizarlo en caso de su victoria, lo que contradeciría directamente la narrativa de que Rusia favoreció a Trump.
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