El impactante documental “Dentro del culto del Ejército de Jesús” (Inside the Cult of the Jesus Army), revivió la historia detrás de una cuestionada agrupación religiosa en Reino Unido que se erigió como comunidad cristiana para convertirse, durante casi 50 años, en un sistema de violencia física y sexual.
La serie de la cadena británica BBC, que se estrenó este domingo, expuso algunos de los testimonios de los sobrevivientes que hicieron parte de esta secta, fundada por Noel Stanton en Northamptonshire, en la década de 1970.
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La comunidad llegó a congregar miles de miembros en la casa donde vivía Stanton.
“Te decían constantemente que eras pecadora por ser mujer. Que estás distrayendo a los hombres de Dios. Te llamaban Jezabel. Noel te menospreciaba en cada oportunidad que tenía. Y quién creería que un hombre, un anciano, le haría cosas a alguien”, dice Philippa, quien perteneció a la secta cuando tenía 12 años.
Tras la muerte de Stanton en mayo de 2009, a los 82 años, comenzaron a salir a la luz testimonios de víctimas que denunciaban abuso sexual, físico y psicológico, muchos de ellos cometidos por líderes.
“Cualquier tipo de entretenimiento era mal visto”, dice otro sobreviviente, Everett. “Así que se acabó el cine, se acabó la televisión. Y a partir de ahí tendría que dejar de escuchar música”.
Los miembros entregaban sus bienes y vivían con supervisión estricta; se aislaban de familiares externos, incluso de sus hijos, los cuales eran separados dentro del culto. Además, cuestionar a los líderes era impensable.
La directora del documental, Ellena Wood, relató su experiencia al investigar durante tres años los casos de abuso en el Ejército de Jesús.
“Una de las cosas que me llamó la atención fue que describían lo que conocemos como abuso sexual, pero no lo entendían como tal o se culpaban a sí mismos por ello”, aseguró Wood.
Una víctima identificada como Abigail, indicó que cuando tenía 14 años, tras ser agredida sexualmente, en la secta le dijeron: “Si no eyacula, no es violación”.
Wood también agregó que un exmiembro le confesó que “a pesar de luchar para aceptar el hecho de que fue manipulado y agredido sexualmente, admitió que probablemente regresaría al Ejército de Jesús si este volviera a abrir”.
Según el informe final del Jesus Fellowship Redress Scheme, lanzado tras la disolución oficial de la iglesia en 2019 para ofrecer compensación a las víctimas, el movimiento operaba con abuso sistemático, tanto en niños como adultos.
Entre los testimonios figuran relatos de niños golpeados desde los dos años con varas, sometidos a exorcismos violentos con horas de restricción física.
Se identificaron 539 presuntos abusadores, de los cuales la organización aceptó responsabilidad por 264 (el 61 % eran líderes). Además, se estimó que uno de cada seis niños dentro de la comunidad sufrió abuso sexual.
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