El Área Metropolitana reportó recientemente in caso insólito de atención a la fauna silvestre del Valle de Aburrá. En la Estación de Paso del Jardín botánico fue entregado un mono araña (Ateles fusciceps), macho juvenil en condiciones que evidencian las secuelas de su tenencia ilegal.
"El ciudadano que lo entregó aseguró que el primate había llegado espontáneamente a su finca, pero esta es una especie que no habita en el territorio metropolitano. Su presencia en la región confirma la intervención humana y el tráfico ilegal de fauna silvestre, una problemática que sigue cobrando víctimas en el país", detalló el Área.
El mono araña – que hace parte de la especie catalogada en estado vulnerable a nivel nacional, y a nivel global por su clasificación como en Peligro Crítico de Extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza– muestra claros signos de haber vivido en cautiverio.
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El animalito presenta una exposición en uno de sus colmillos, posiblemente por una dieta inadecuada con exceso de azúcares y alimentos procesados. Además, tiene piel seca y descamativa en su clavícula derecha. Su comportamiento también refleja las secuelas: es un animal amansado y con signos evidentes de ansiedad. Además, no emite vocalizaciones, una clara señal del impacto negativo de su convivencia forzada con humanos.
Según el Área Metropolitana, la entrega es inusual teniendo en cuenta que Durante los últimos 10 años, han ingresado 20 monos arañas al ciudad de la entidad. El último que ingresó al Centro de Atención Valoración y Rehabilitación de la entidad lo hizo en el 2022 y, lamentablemente, falleció a raíz del grave estado de saludo en el que fue entregado.
Los mono araña son animales diurnos y arborícolas, que viven en grupos entre 2 a 35 individuos, desempeñando un papel crucial en la regeneración de los bosques. Su gran tamaño les permite consumir frutos con semillas grandes y dispersarlas a largas distancias, favoreciendo el equilibrio ecológico de los ecosistemas en los que habitan.
“Desde hace tres años en nuestro Centro no recibíamos un mono araña. Esta es una situación lamentable, ya que este animal, este individuo es de la zona pacifica colombiana, no tenía nada que hacer en el territorio metropolitano” comentó Alejandro Vásquez Campuzano, subdirector Ambiental de la entidad.
El tráfico de fauna silvestre no solo es un delito ambiental, sino que también condena a los animales a vidas de sufrimiento. Convertir un mono araña en una mascota es arrebatarle su naturaleza y poner en riesgo su supervivencia. Desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá se hace un llamado a la conciencia ciudadana: la fauna silvestre no es un juguete ni un capricho. Es nuestro deber protegerla y respetarla en su hábitat natural.