En un escenario de estrechez fiscal, desaceleración económica y mayores demandas sociales, se conoció que el Gobierno nacional contempla un giro de alto impacto: suspender temporalmente la regla fiscal, utilizando la cláusula de escape contemplada en la Ley 1473 de 2011.
La posibilidad sería evaluada formalmente el próximo lunes en el Consejo Superior de Política Fiscal (Confis), una instancia clave en el diseño de la política macroeconómica del país.
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Este panorama también incidirá en la elaboración del Marco Fiscal de Mediano Plazo, documento clave en el que el Gobierno plasma sus perspectivas sobre el desequilibrio fiscal, el dólar, la inflación y el crecimiento económico, entre otros, y que será presentado en los próximos días.
Esta situación, según fuentes consultadas, pone en contexto que el Ministerio de Hacienda estaría perdiendo “independencia” frente al presidente, Gustavo Petro.
En su momento, la postura de exlíderes de esa cartera les costó sus salidas, como fue el caso de José Antonio Ocampo o de Diego Guevara, reacios a ceder en medio de la complicada situación fiscal.
No obstante, el actual jefe de Hacienda, Germán Ávila, afirmó desde un principio que su función no es “la de ser el contradictor del presidente ni tratar de controlarlo”. Se le escuchó decir: “Yo soy el ministro de Hacienda del Gobierno del presidente Petro, yo soy el ministro de Hacienda de una propuesta de gobierno que ganó las elecciones (...) y con el presidente mantenemos una continua y permanente coordinación de las políticas (...)”.
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Las consecuencias de suspender la regla fiscal
En caso de que el Confis apruebe el uso de la cláusula de escape, el Gobierno podría aumentar el gasto público y ampliar el déficit sin consecuencias legales inmediatas.
Sin embargo, eso implica riesgos reputacionales, mayor incertidumbre en los mercados internacionales, posibles rebajas en la calificación crediticia y un impacto directo sobre el costo de la deuda externa e interna.
Según expertos consultados por EL COLOMBIANO, la credibilidad del Marco Fiscal de Mediano Plazo se vería afectada, y con ella, la confianza de inversionistas y organismos multilaterales.
Por ejemplo, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, no se guardó nada y le lanzó una advertencia directa al Gobierno de Gustavo Petro. Según él, si la Casa de Nariño decide activar la cláusula de escape para suspender la regla fiscal sin una razón técnica o de peso, las consecuencias serán graves: el país podría enfrentar un aumento en el costo de su deuda y perder credibilidad frente a los mercados.
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“Si la salida va a ser, en vez de una señal de austeridad y de compromiso fiscal, utilizar una cláusula de escape sin ninguna razón que la justifique, lo que va a pasar es que habrá consecuencias negativas desde el punto de vista de la deuda pública”, advirtió Mejía. Y no se quedó ahí: “subirá el costo de financiamiento para la Nación”, remató.
Por su parte, el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, fue contundente: “Me preocupa mucho el deterioro de las finanzas públicas, obviamente la cláusula de escape es esencial, el Gobierno Duque la utilizó durante tres años consecutivos, en pandemia era justificado, pero durante 2022 fue discutible (...) debido a la acumulación de esos déficits, más los recientes, el gobierno está decidiendo utilizar esa cláusula, es desafortunado e inconveniente”, dijo, y agregó que seguramente Moody’s le quitará el grado de inversión a Colombia.
Para Germán Machado, profesor y analista económico, el Ministerio de Hacienda del Gobierno Petro está atrapado entre la calculadora y la realidad. “Como hace rato no le cuadran las cuentas, y ya agotaron el maquillaje contable, ahora solo tienen dos caminos: echarle otra capa de cosméticos al Marco Fiscal de Mediano Plazo o sincerar de una vez por todas las cifras”, dijo.
Con la credibilidad del Minhacienda en uno de sus puntos más bajos, el analista considera que suspender la regla fiscal podría interpretarse como un intento de sincerar las cifras, aunque advierte que eso también tiene consecuencias.
“Lo cierto es que a estas alturas ya podemos decir que el Gobierno no va a cumplir la regla fiscal este año. En 2024 apenas la logró con maquillaje contable liderado por el exministro Guevara, pero en 2025 ese truco ya está quemado”, señaló.
¿Qué es la regla fiscal y para qué sirve?
La regla fiscal es un mecanismo que busca garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el mediano y largo plazo, limitando el nivel de déficit estructural que puede tener el Gobierno Central. Es decir, limita el gasto y el endeudamiento en la política de presupuesto público.
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Pero la norma también prevé excepciones: eventos extraordinarios como desastres naturales, crisis sociales o emergencias económicas permiten al Estado activar una cláusula de escape, es decir, una vía legal para incumplir temporalmente las metas fiscales sin que eso implique sanciones ni ilegalidades.
Esta cláusula no es automática: debe ser activada por el Confis, con el concepto no vinculante del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf). Y exige que el Gobierno presente un plan de retorno fiscal, una hoja de ruta que garantice que, una vez superada la emergencia, las cuentas públicas volverán a la senda establecida.
¿Por qué el Gobierno evalúa esta medida ahora? El contexto actual es complejo: menor crecimiento económico, caída del recaudo tributario, fuga de inversión extranjera y mayores exigencias presupuestales, especialmente en salud, educación e infraestructura. Todo esto ha desbordado la regla fiscal.
¿Se rompió la regla fiscal?
Colombia vive con la chequera al límite. Gasta más de lo que recibe y para cubrir el hueco tiene que endeudarse. Eso no es nuevo. Lo que ha mantenido a flote ese modelo es la regla fiscal. Desde que se adoptó, solo se ha roto en pandemia, cuando el entonces gobierno de Iván Duque usó la “cláusula de escape” para enfrentar la emergencia del covid-19.
Hoy, el presidente, Gustavo Petro, podría volver a romperla. Y si lo hace, no sería por un virus, sino por un mal cálculo: ingresos tributarios que no llegaron y un gasto que no se frenó.
Lo que se viene advirtiendo desde el comienzo del mandato –que el Gobierno infla cuentas con la plata que va a recaudar para justificar un gasto cada vez más alto– parece confirmarse. El déficit fiscal ya está por encima de lo que permite la regla, y eso ha empezado a pasar factura: los inversionistas desconfían, suben las tasas de interés y endeudarse sale más caro.
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Carf prendió las alarmas
Si el Gobierno Petro sigue por el mismo camino, el déficit fiscal de 2025 podría llegar al 5% del PIB, calculó el Carf. Y si eso pasa, Colombia completaría seis años seguidos con más gasto que ingreso, un panorama que, según el comité, sigue disparando el endeudamiento público.
El mensaje del Carf fue claro: controlar la caja ayuda, pero no basta. Se necesitan decisiones estructurales —recortes de gasto o aumento de ingresos— por al menos $46,6 billones, si el Ejecutivo quiere cumplir con la regla fiscal.
Además, el informe reveló que las metas del Plan Financiero de 2025 ya se están incumpliendo. Con corte a febrero, el déficit primario fue de -0,9% del PIB, mucho más de lo prometido (-0,2%). Eso quiere decir que, si el Gobierno quiere enderezar el camino, tendrá que generar superávit primario (o sea, gastar menos de lo que recoge).
Por si fuera poco, el recaudo tributario tampoco despega. En los dos primeros meses del año, entraron $49,4 billones, un 22,7% menos de lo previsto. Mientras tanto, el gasto sigue alto: en el primer trimestre el Gobierno se gastó el 5,3% del PIB, más que el promedio de los últimos cinco años.
Y aunque el Carf reconoció que parte del gasto se explica por el pago de deudas y reservas viejas, advirtió que la caja del Estado está en mínimos históricos: solo $10 billones en el Banco de la República en marzo, el nivel más bajo desde que hay registros.
“El Gobierno debería admitir el déficit más alto en la historia del país, una deuda creciente, unas cuentas públicas descuadernadas y el incumplimiento de la regla fiscal. Así de claro”, alertó Machado.
Según sus cálculos, el desajuste en las finanzas públicas ya ronda los $120 billones. Para corregir ese hueco se necesitaría “un milagro”, como él mismo lo llama: ingresos extraordinarios y recortes de gasto que sumen al menos $40 billones, una cifra que, asegura, “nadie se cree”.
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Por eso, el escenario más probable es que el Gobierno active la cláusula de escape y suspenda temporalmente la regla fiscal.
Pero Machado insistió: lo que está en juego no es solo el balance fiscal, sino la confianza del mercado. “Todo dependerá de cómo explique el Ministerio de Hacienda lo que pasó. Si quieren justificar la suspensión, tendrán que mostrar qué fue lo extraordinario que ocurrió en estos cuatro meses para que el Plan Financiero de febrero ya no sirva”.
El sector financiero en alerta
Uno de los primeros en levantar la voz fue Mario Pardo, presidente ejecutivo de BBVA Colombia, quien expresó su “enorme preocupación” por el déficit fiscal, al considerar que los niveles actuales superan incluso los de la pandemia.
“Colombia está siendo incapaz de cubrir sus gastos. Estamos endeudando a los colombianos a futuro”, advirtió y explicó que este déficit se traduce en mayores costos para la financiación del país, lo que impacta tanto al Estado como a la ciudadanía, a través de tasas de interés más altas y presiones sobre el sector financiero.
En ese mismo sentido, María Lorena Gutiérrez, presidenta de Grupo Aval, advirtió que la situación fiscal del país podría empeorar si el Gobierno Petro decide activar la cláusula de escape de la regla fiscal sin una justificación clara.
Para ella, ese camino solo traerá más deuda, pérdida de confianza y, eventualmente, una degradación del grado de inversión. “Ahora la tasa de endeudamiento por el riesgo que tiene Colombia es altísima”, aseguró.
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Y agregó que “si se cambia la regla fiscal para evitar el recorte de gasto, lo que va a pasar es que subirá el endeudamiento y, con toda seguridad, habrá una descalificación crediticia que muchos ya estamos esperando para el segundo semestre”.
Gutiérrez no ve razones de peso para tomar una decisión tan drástica: “¿Cuál es el hecho sobreviniente que justificaría saltarse la regla fiscal? Yo no lo conozco. Lo que hemos visto es que en este gobierno se declaran emergencias sin que haya una verdadera emergencia”.
La empresaria insistió en que el Gobierno sí tiene margen para hacer recortes, pero no quiere asumir el costo político de apretarse el cinturón. “Yo creo que tienen cómo ahorrar. No se puede decir que tienen las manos atadas para justificar que se salten las reglas del juego”.
Petro y la regla fiscal: una relación tensa
Desde el inicio de su mandato, el presidente, Gustavo Petro, ha cuestionado abiertamente la regla fiscal. Sus críticas se han intensificado en momentos de desaceleración económica, argumentando que esta regla limita la capacidad del Gobierno para impulsar el crecimiento mediante inversión pública.
Una de las intervenciones más contundentes ocurrió en noviembre de 2023, tras conocerse la caída del PIB en el tercer trimestre de ese año. Petro afirmó que “el pensamiento fundamentalista neoliberal” que impone una estricta regla fiscal no debía mantenerse, y propuso una política fiscal contracíclica para enfrentar la crisis.
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“Cuando baja la inversión privada, debe crecer la inversión pública”, señaló, invitando al Congreso a revisar la norma.
En 2024, el Gobierno fue acusado de incumplir la regla fiscal. Según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), el déficit fiscal alcanzó el 6,8 % del PIB, superando ampliamente el límite establecido. Aunque el Ejecutivo argumentó que cumplió la meta gracias a transacciones de única vez aprobadas por el Confis, el Carf cuestionó su validez técnica.
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