El Parlamento danés encendió la polémica al aprobar, el pasado 22 de mayo, una reforma que lleva la edad de jubilación a 70 años, convirtiendo a Dinamarca en el país con el retiro más tardío de toda la Unión Europea.
La medida —que fue aprobada con 81 votos a favor y 21 en contra— se aplicará de forma progresiva: en 2030 se subirá a 68 años, en 2035 a 69 y, finalmente, en 2040 alcanzará los 70 años.
Este cambio impactará especialmente a las personas nacidas a partir del 1 de enero de 1971, quienes ya no podrán acceder a su pensión antes de cumplir siete décadas.
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Además, en una decisión histórica que marca un giro en la política de privilegios, el Parlamento de Dinamarca aprobó el fin de las pensiones vitalicias para sus miembros. A partir de ahora, los políticos daneses deberán acogerse al régimen de pensión común, en las mismas condiciones que el resto de los ciudadanos.
Con la nueva norma, los parlamentarios deberán destinar el 18,07% de su salario mensual al fondo estatal de pensiones, lo que los iguala con los trabajadores del sistema público. Esta medida busca reforzar la confianza ciudadana y dar señales de equidad frente a una ciudadanía cada vez más crítica de los beneficios exclusivos en la política.
¿Por qué Dinamarca retrasa la jubilación?
La decisión del gobierno está motivada por dos tendencias demográficas claras: el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad.
Según datos de la ONU, entre el año 2000 y 2019 la expectativa de vida global pasó de 67 a 73 años, mientras que la tasa de natalidad cayó de 3,2 a 2,5 hijos por mujer. Para 2025, se estima que una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años.
Este panorama ha encendido las alarmas sobre la sostenibilidad de los sistemas pensionales, no solo en Dinamarca, sino en toda Europa. Los países buscan fórmulas para que más gente cotice durante más tiempo y así aliviar las finanzas públicas.
La primera ministra se desmarca del “automatismo”
La reforma no ha sido del todo pacífica. En Copenhague, sindicatos y ciudadanos han salido a las calles para manifestar su inconformidad, y la primera ministra, Mette Frederiksen, intentó desmarcarse parcialmente del proyecto.
“No creemos en el ajuste automático de la edad de jubilación. No podemos seguir diciéndole a la gente que trabaje un año más”, afirmó Frederiksen, quien dejó abierta la puerta a renegociar el mecanismo.
Actualmente, Dinamarca cuenta con un sistema que ajusta la edad de jubilación cada cinco años según el aumento de la esperanza de vida, lo que ha provocado cuestionamientos sobre su rigidez. A pesar de las críticas, la reforma fue aprobada.
El retraso del retiro no es una novedad en Europa, pero sí lo es el umbral que ha fijado Dinamarca. Países como Alemania y Bélgica aumentarán la edad a 67 años hacia 2030.
En España, por ejemplo, se llegará a los 67 años en 2027, salvo que se hayan cotizado más de 38 años y medio.
Otros países tienen sistemas flexibles ligados a la esperanza de vida, como Portugal, Países Bajos, Suecia o Finlandia. Francia, por su parte, vivió masivas protestas cuando en 2023 aumentó la edad de retiro de 62 a 64 años.
La decisión danesa de ir hasta los 70 años marca un nuevo punto de referencia en el continente. Por lo tanto, esta experiencia puede ser el anticipo de una ola global de reformas pensionales.
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