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Entregar la Hacienda Nápoles a campesinos, como plantea Petro, expone al Estado a millonaria demanda

La orden del mandatario fue “ponerla de utilidad pública”, pero el predio es propiedad de Puerto Triunfo y lo administra un privado, cuyo contrato está por 80 años. Estas son las razones que harían inviable la propuesta.

  • Se estima que la hacienda es el mayor generador de empleo del Magdalena Medio. FOTO: Camilo Suárez
    Se estima que la hacienda es el mayor generador de empleo del Magdalena Medio. FOTO: Camilo Suárez
06 de junio de 2025
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El presidente Gustavo Petro desató polémica recientemente tras una propuesta que no ha sido muy bien recibida: entregar a campesinos la Hacienda Nápoles, un predio de unas 3.000 hectáreas, que fue propiedad de Pablo Escobar y que está ubicado en el corregimiento de Doradal, en Puerto Triunfo (Antioquia).

Esa hacienda tiene tantos muertos que debe ser devuelta al pueblo. Es símbolo de lo que estamos haciendo. Lo que se trata en el Magdalena Medio es de devolverle la tierra a sus genuinos poseedores, que es el campesinado”, fueron las palabras del presidente.

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Sin embargo, de esto materializarse, se arriesgaría al país a una demanda millonaria contra el Estado, pues la Hacienda Nápoles es propiedad del municipio de Puerto Triunfo y desde el 2007 la administra la empresa privada Atecsa. Además, el predio no tiene vocación agropecuaria ni rural, sino turística.

Nápoles: la alianza publico - privada

Luego de la muerte de Escobar, la hacienda comenzó a ser saqueada, sus edificaciones quedaron en ruinas, los animales estaban en pésimo estado y las tierras dañadas por buscadores de guacas. El predio fue transferido al Fondo Nacional Agrario, que luego se transformó en el Incora y más tarde en el Incoder. Este decidió, en 1998, asignar los terrenos a unas familias desplazadas, como parte de un programa de restitución.

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Ya en 2004, tras una prolongada batalla judicial y la expropiación oficial por parte del Estado colombiano, se declaró la extinción de dominio. Finalmente, en 2007, se ordenó el desalojo de las familias para permitir que la Alcaldía de Puerto Triunfo, en alianza con la empresa privada Atecsa, en cabeza de Óscar Jairo Orozco, iniciaran la consolidación de un megaproyecto turístico en la zona.

Según afirmó Orozco a EL COLOMBIANO, aunque el contrato inicialmente era por 20 años, a medida que fue creciendo el parque y fue requiriendo créditos bancarios, les exigieron una ampliación del contrato con el municipio para viabilizar los pagos.

De esta manera, dijo el empresario, en este momento el contrato está por un término de 80 años aproximadamente.

Lo que impide que la Hacienda Nápoles se entregue

En un pasado consejo de ministros, el presidente Petro le indicó al director de la Agencia Nacional de Tierras, Juan Felipe Harman, que “la Hacienda Nápoles debe ser para el campesinado. Ahí mataron a mucha gente como para que sea un negocio particular”.

La orden del mandatario a Harman fue “ponerla de utilidad pública”. Ante esta instrucción, el funcionario respondió que estaban estudiando la revocatoria de la entrega hecha por la Sociedad de Activos Especiales, entidad que en el gobierno de ese momento transfirió la propiedad al municipio de Puerto Triunfo, y este último a un empresario privado para que construyera un parque temático.

Frente a esta situación, el presidente Petro afirmó: “Así se roban la tierra, que siendo del narcotráfico, ilícita, debería pasar a los campesinos. Duque se la entregó a los amigos de Uribe, intermediando al municipio. Y esa hacienda debe ser para el campesinado”.

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No obstante, en este caso el propietario de Nápoles no es un privado, pues el 100% pertenece a Puerto Triunfo. El 50% fue entregado al municipio a través de las Resoluciones 0037 de 2005 y 0017 de 2009; y posteriormente, en 2019, una vez se consolidó la extinción de dominio sobre la totalidad del bien, la Sociedad de Activos Especiales (SAE) oficializó la entrega del otro 50% restante al mismo municipio mediante la Resolución 570 de 2022.

Esta entrega fue en ese entonces respaldada por un concepto favorable de la Agencia Nacional de Tierras, emitido en 2021, que indicó que el predio no posee vocación rural ni reúne las condiciones necesarias para desarrollar proyectos productivos en el marco de la Reforma Agraria.

“Una vez analizado el certificado de uso del suelo del predio, se observa que no cumple con la vocación requerida y descrita en el procedimiento de recibo de los predios rurales con extinción judicial de dominio de la ANT, el cual establece que solamente son predios aptos aquellos que cumplan las condiciones agroecológicas, técnicas, para la explotación de proyectos agropecuarios con el fin de obtener una economía sostenible”, se lee en un documento la entidad.

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Desde la óptica del abogado Rafael Felipe Gómez, si el Gobierno busca expropiar la Hacienda Nápoles para entregársela a campesinos, debe cumplir con todo el procedimiento constitucional y legal de expropiación, incluida una indemnización justa y previa a los afectados.

“Además, existe un contrato de concesión vigente con una empresa privada que la explota turísticamente y cuyo incumplimiento podría generar demandas millonarias contra el Estado. Aunque el predio tiene una carga simbólica por su pasado ligado al narcotráfico, hoy es un bien público con explotación económica legal, por lo que cualquier decisión debe respetar tanto los derechos adquiridos como las reglas contractuales que se hayan dispuesto, pues podría salir más costoso indemnizar al concesionario que el mismo valor de la tierra, según lo que se haya dispuesto en el contrato de concesión”, explicó Gómez.

Los riesgos en empleos y turismo en el Magdalena Medio

Como respuesta a esta propuesta, comerciantes y habitantes de Puerto Triunfo y Doradal expresaron su rechazo, argumentando que la Hacienda Nápoles es un importante atractivo turístico y un motor clave para la economía local.

Precisamente, por el impacto que podría generar esta medida, ya se han llevado a cabo movilizaciones, como la del pasado 4 de junio, cuando se bloqueó la autopista Medellín-Bogotá en señal de protesta, exigiendo al Gobierno Nacional que no ponga en riesgo la estabilidad económica de la región con decisiones que consideran populistas e inviables.

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Fue el 24 de diciembre de 2007 cuando Nápoles abrió sus puertas al público como parque de diversiones, recibiendo en sus inicios apenas 10 visitantes al día y con una entrada de $10.000. Hoy, se ha consolidado como un destino turístico que atrae hasta 1,2 millones de visitantes al año.

Se estima que la hacienda es el mayor generador de empleo del Magdalena Medio, con alrededor de 250 empleos directos en temporada baja y más de 500 durante la alta. Si se incluye la ocupación hotelera, la cifra asciende a cerca de 1.000 trabajadores.

En total, sumando empleos directos e indirectos en la región y sus alrededores, se calcula que el impacto laboral podría alcanzar los 15.000 puestos de trabajo.

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Además, por este arrendamiento, la alcaldía de Puerto Triunfo recibe anualmente alrededor de $1.000 millones y otros bonos de acuerdo con la taquilla.

El alcalde de Puerto Triunfo, Franklin Portillo, afirmó a EL COLOMBIANO que el desarrollo de la Hacienda Nápoles ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre el sector público y la empresa privada. “Se necesitó de ese privado que invirtiera esos recursos. Gracias a esa articulación, hemos logrado impulsar el crecimiento económico de la región”, señaló.

Agregó que “el municipio nunca hubiera podido hacer un proyecto de esta envergadura. Además, otras tierras de Nápoles se han destinado a proyectos productivos de cacao y pancoger. Y hay más de 200 familias que están asentadas en predios que también forman parte de la hacienda”, comentó.

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Actualmente, el 6% de los turistas que visitan Nápoles cada año provienen de Estados Unidos, Panamá, República Dominicana, Perú y Ecuador. En cuanto al turismo nacional, el 40% viene de Antioquia y el resto de otras partes del país, como Cundinamarca y Bogotá.

Recorrer la Hacienda Nápoles en su totalidad requiere, al menos, cuatro días. El paquete de entretenimiento va desde toboganes extremos y una pista de karts inspirada en el famoso rally africano, hasta escenarios con mamuts, cavernas habitadas por dinosaurios mecatrónicos, dos hoteles temáticos, la torre de caída libre más alta del país (con 72 metros) y las cataratas artificiales más grandes del mundo.

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