Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

Ni James ni Karol G nos deben nada

¿Hemos dimensionado lo que significa que nuestros artistas y deportistas estén conquistando los mercados más exigentes del planeta?

hace 2 horas
bookmark
  • Ni James ni Karol G nos deben nada

Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com

Los artistas y deportistas colombianos cargan sobre sus hombros todos nuestros demonios y frustraciones. Les exigimos lograr lo que nosotros no hemos logrado. En ellos depositamos esperanzas que no construimos y para colmo, los juzgamos con una severidad que jamás usamos para mirarnos al espejo. Dos ejemplos recientes ilustran esta manía nacional: la Selección Colombia y Karol G.

La Selección acaba de clasificar al Mundial y terminó tercera en las eliminatorias. Sin embargo, aquí muchos lo consideran insuficiente: hablan de una clasificación mediocre, como si llegar entre los tres mejores de Sudamérica fuera un trámite sin mérito. Y lo hacen con argumentos que se contradicen. Afirman que el fútbol no debe medirse solo por resultados, sino por el juego. Pero acto seguido califican la campaña de mediocre precisamente por los resultados de las últimas fechas. Se quejan de que el equipo no jugó con intensidad en todos los partidos, durante los 90 minutos. ¿Acaso algún equipo del mundo lo hace?

Ejemplos hay de sobra. Italia hace 8 días, cuna de las tácticas defensivas del planeta, recibió cuatro goles de Israel en un solo partido. En la última final de Champions, el PSG borró de la cancha al Inter de Milán con un aplastante 5-0. Bayern Múnich a su vez, en otra versión, había borrado al Barcelona de Messi con un insólito 8-2. ¿Eso significa que el fútbol italiano o el español es de mediocres o “pechos fríos”? Por supuesto que no. El fútbol es un deporte de suerte, momentos, estados de ánimo y genialidades.

Conviene recordar un dato básico: solo ocho países han ganado la Copa Mundial de la FIFA en toda la historia. Solo ocho. Y el último título de Argentina, que hoy tanto se celebra, fue una mezcla de suerte, talento y momentos puntuales. ¿De verdad creemos que Colombia tiene la obligación de ganar?

Tampoco perdonamos a James Rodríguez, que ya no sea el “10” del Real Madrid. Como si aquello hubiera sido un pacto con la patria: si él estaba en la cima, todos estábamos en la cima. Y si cayó de ese pedestal, sentimos que nos arrastró consigo. No se lo perdonamos.

El caso de Karol G es igual de elocuente. Periodistas de programas radiales, que jamás han afinado una nota, la criticaron por desafinar en su presentación junto a Andrea Bocelli en el Vaticano. ¿En serio? Estamos hablando de una artista colombiana que canta en el Vaticano con Bocelli, y los comentarios se reducen a si falló en un do, un re o un fa. Una genial Karol G llenó cuatro veces el estadio Santiago Bernabéu. Fue el cierre de su gira Mañana Será Bonito, un éxito sin precedentes para una artista.

¿Hemos dimensionado lo que significa que nuestros artistas y deportistas estén conquistando los mercados más exigentes del planeta?

Lo justo es aplaudirlos a rabiar. No tenemos nada que reclamarles ni exigirles. Sus victorias no nos pertenecen, y mucho menos son producto de nuestra cultura. La verdad es otra: no

se trata de que ellos sean ganadores por nosotros. Se trata de que nosotros, como sociedad, aprendamos a ser tan ganadores como ellos.

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD