Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
No me des cosas materiales, dame capacidad de aceptación, dame paciencia para vivir en este mundo donde parece que a nadie le importa nadie.
Por Sara Jaramillo Klinkert - @sarimillo
Que crezcan todos los árboles que sembré este año. Que la mamá no sufra más dolores. Que florezcan las orquídeas. Que se extingan las guadañas. Que lleguen pájaros nuevos a mi balcón. Que la escritura me siga dando motivos para seguir. Que los lectores aprendan a diferenciar al autor del narrador. Que se vaya el insomnio. Que se me acaben las lágrimas. He llorado tanto este año. Y sigo haciéndolo mientras te escribo esta carta. Escribir es mi único consuelo. Para que no todo sean peticiones, voy a darte las gracias por eso. ¡Gracias! Fui al psiquiatra el otro día y me dijo que la escritura era lo que me mantenía cuerda. Creo que tiene razón. Tú no das las medicinas, pero buscas la forma de que las encontremos, así no siempre entendamos tu particular manera de actuar.
Que pueda mirar el magnolio donde yacen los restos de mis hermanos sin sentir tanta tristeza. Que no me falten las ganas de hacer cosas, aunque parezca que nada tiene sentido, que la vida no va a ninguna parte. Que el fuego no se apague del todo y tampoco la risa y la esperanza. Que el tiempo cure lo que ahora me duele. Que el mes de diciembre vuelva a gustarme y a generarme ilusión. Este año, por primera vez en mi vida, no encendí velitas, no comí buñuelos ni natilla ni hojuelas, no di ni recibí casi regalos. Encontré en mi interior una fuerza que no sabía que tenía y voy a considerarla un regalo de tu parte. Sabes que nunca me ha gustado la debilidad, pero por favor no me mandes más pruebas, estoy cansada de demostrar fortaleza. No te lleves a las personas que amo con tanta violencia.
No me des cosas materiales, dame capacidad de aceptación, dame paciencia para vivir en este mundo donde parece que a nadie le importa nadie porque todos andamos mirándonos en un espejo que sólo nos muestra nuestra propia imagen, como si no hubiera nada más que mirar. Dame valentía para romper mi propio espejo y tolerancia para seguir interactuando con quienes aún no rompen el suyo. Dame tranquilidad, hace tiempo aprendí que es la única cosa a la que vale la pena aspirar. Las posesiones materiales, el éxito, el dinero, el reconocimiento, nada de eso importa si no puedes sentarte en calma frente a tu ventana a estremecerte ante la belleza del mundo. Estremecerse es amar y amar es vivir, a eso vinimos aquí. Que pueda amar y ser amada para que mi paso por el mundo tenga sentido.
No me quites nunca la capacidad de asombrarme, incluso por las cosas más pequeñas. No quiero ser una de esas personas que caminan y respiran, pero en realidad están muertas por dentro. No quiero anestesias. Aunque me duela, estoy dispuesta a recibir aquellas cosas que hoy no entiendo. Dame sabiduría para buscar y comprender las respuestas. Dame la capacidad para aceptar todos los regalos que te pido, aunque a veces vengan envueltos de maneras tan misteriosas.