A pesar de que los cristianos siguen dominando, otras religiones están tomando cada vez más fuerza, incluso el ateísmo está sumando seguidores.
La fe alrededor del mundo está cambiando. Aunque el cristianismo sigue encabezando las listas con más fieles en el mundo, su dominio ya no es tan fuerte como hace un tiempo atrás.
Mientras que la población mundial crece, la influencia cristiana no lo hace al mismo tiempo, por lo que otras creencias, e incluso la ausencia de ellas, están ganando terreno con rapidez.
Un análisis del Pew Research Center, evaluó más de 2.700 estudios y censos entre 2010 y 2020, efectivamente, los cristianos siguen siendo el grupo religioso más numeroso del planeta, con 2.300 millones de fieles
Sin embargo, esta cifra ha descendido, 30,6% al 28,8%. Significa que, aunque aumentaron en número absoluto, perdieron peso en proporción con otras creencias.
En contraste con el islam, que se perfila como el grupo con mayor crecimiento, pues hoy representa el 25,6% de la población mundial, con 2.000 millones de devotos. El ascenso se explica en gran parte por la juventud de sus creyentes y sus altas tasas de natalidad, convirtiéndolo en el grupo con la expansión más veloz de la última década.
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En 2020, ateos, agnósticos y personas sin identificación religiosa, sumaban 1.900 millones. Estados Unidos es el país donde más han aumentado, pues el número de personas sin religión casi se duplicó en diez años, alcanzando los 101 millones.
Una gran sorpresa revelada por este estudio fue África, este ha superado a Europa e incluso a Latinoamérica, como la región con mayor número de cristianos, lo que muestra el abandono de la religión en estos continentes.
Países como como Francia, Reino Unido, Australia y Uruguay registraron por primera vez menos del 50% de población cristiana.
Asimismo, otras religiones se siguen manteniendo en el mapa como lo son: hinduismo con 1.200 millones, budistas con 300 millones y casi 15 millones de judíos.
Dos grandes tendencias se destacan en este informe: la primera es la desvinculación religiosa por parte antiguos fieles y la segunda, el impacto de la demografía.
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