Hace más de un mes el país entero vio el video de un hombre golpeando salvajemente a un perrito cuyo pecado fue buscar algo para calmar el hambre. Fue tal la brutalidad que todos dieron por sentado que el animal había muerto. Luego, a medida que el video se hizo viral y se conoció la identidad del demente, Fernando Alonso Oviedo Sánchez, las autoridades señalaron que investigaban si el perro aún estaba vivo.
El hombre fue judicializado y posteriormente la Gobernación de Antioquia anunció en una rueda de prensa que habían encontrado al perrito víctima del caso que realmente había ocurrido en jurisdicción de Bolívar. Según informó la Gobernación, a partir de ese momento un equipo especializado de la Uniremington, tal vez la unidad más capacitada en el país en materia de ciencias forenses animales, asumió la investigación primero para corroborar que el perro en poder de las autoridades era la víctima del ataque y luego para determinar la ruta de tratamiento que requería para salvarle la vida e intentar revertir las posibles secuelas del mismo. También se conoció en ese momento el deseo del coronel Óscar Mauricio Rico, comandante de la Policía Antioquia, de ofrecerle un hogar con autorización de la Fiscalía, una vez terminara su tratamiento.
Pasaron desde entonces cinco semanas y aunque el equipo que lo trató era cauto respecto a los resultados que pudiera tener el tratamiento, Bizcocho –como fue bautizado– demostró las ganas que tiene de vivir y ahora por fin conoció su nuevo hogar, donde estará rodeado de cuidados y amor para intentar dejar atrás la historia de terror que le tocó vivir por cuenta del canalla que ni siquiera tuvo la gallardía de ofrecer una disculpa pública.
Oficialmente esta semana el coronel Rico quedó con la custodia de Bizcocho, quien tendrá como nuevo hogar el comando de Policía del departamento. Allí, según el oficial, tendrá supervisión y cuidados para garantizar su adaptación.
Bizcocho es un valiente. Según explicó Julio César Aguirre Ramírez, decano de Medicina Veterinaria de la Uniremington, el canino tenía todo el panorama en su contra. Llegó a la clínica con un politrauma severo que comprometió el sistema nervioso central, esta era la lesión que más preocupaba y por la cual el equipo médico abrió la posibilidad de que quedara con una lesión neurológica de por vida. Pero Bizcocho lo logró. Sin embargo, lo que todavía no ha podido superar es el trauma emocional, por lo que requerirá mantenerse en un tratamiento con etólogo (experto en comportamiento) para que el trauma vaya cediendo y el perro pueda recuperar un comportamiento completamente sano, libre de miedos.
“En lesiones emocionales o psicológicas, ha avanzado gracias a la acompañamiento del cuerpo especializado en etología. Sin embargo, todavía tiene unos retos para afrontar sobre todo ahora en su nuevo lugar y le hemos compartido la Policía Antioquia las recomendaciones que requiere un animal que ha sido violentado de una manera tan severa como Bizcocho”, expresó el decano, líder del equipo forense.
Lo bueno es que en su nuevo hogar tendrá un nuevo amigo que seguro le ayudará a superar sus problemas. Teddy, otro perro que hace parte de la institución y vive en el comando, será su compañero que facilitarle su adaptación, socialización y ayudarlo a transitar por el difícil camino de superación del trauma.
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