Con las exhumaciones que acaba de consolidar la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en el cementerio de Apartadó, este se convierte en el camposanto de Antioquia con más cuerpos recuperados dentro de la titánica labor de hallar a las personas posiblemente fallecidas dentro del conflicto del país, de las cuales se perdió la información sobre su paradero.
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Ese fue un compromiso de los acuerdos de paz firmados entre las desaparecidas Farc y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos en noviembre de 2016 y en este departamento se ha venido cumpliendo en varios municipios donde la confrontación entre grupos armados fue más cruenta.
Urabá es una de esas zonas, pues desde hace por lo menos cuatro décadas allí han crecido diversas expresiones de guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico y tráfico de personas, pero además concentra las dinámicas conflictivas de áreas aledañas como Chocó y el departamento de Córdoba.
En el cementerio central de Apartadó ya se han desarrollado cuatro fases y en la última, efectuada entre el 14 y el 28 de mayo, los profesionales forenses de la UBPD recuperaron 50 cuerpos, completando 113 en total entre 2024 y 2025 y superando por mucho a otros lugares antioqueños.
Durante la primera intervención, en junio de 2024, la cual se hizo en articulación con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y Medicina Legal, lograron la recuperación de 16 cuerpos, y de ahí en adelante continuó la UBPD de manera autónoma: la segunda se llevó a cabo en julio del año pasado, con recuperación de 18 cuerpos, y la tercera en octubre, con 29. Algunos de ellos cuentan con indicios sobre su identidad, pero la mayoría corresponde a personas aún no identificadas.
Además, han realizado hasta el momento cuatro entregas dignas a familiares en los departamentos de Antioquia y Chocó, y adelantan gestiones para realizar la misma gestión humanitaria con dos víctimas más, según informó Juan Camilo Gallego, quien está a cargo del Plan Regional de Búsqueda del Eje Bananero.
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La misión ha tenido un alto grado de complejidad porque los cuerpos estaban dispuestos de manera aleatoria y en diferentes tipos de contenedores: algunos en bolsas, otros en ataúdes rústicos y otros simplemente depositados de manera directa en la tierra. Por ello, cada hallazgo requería un manejo meticuloso con el fin de comprender la disposición y asegurar su recuperación en las mejores condiciones posibles.
También fue necesario adaptar una cubierta tipo caseta que pudiera mitigar los efectos adversos de las condiciones climáticas.
“Había una humedad muy alta, suelos muy arcillosos, lo que generaba distintas complejidades al momento de la recuperación de los cuerpos y de las evidencias asociadas, por estas razones, adoptamos una cubierta que nos pudiera cubrir los polígonos a intervenir, y así, mitigar un poco los daños de la lluvia, del sol, de la humedad que hay en este sitio”, relató la antropóloga forense María Camila López.
En este mismo cementerio se presume que llegaron más de 200 personas fallecidas y sin identificación. La UBPC hizo un llamado a quienes tengan sospechas o conocimiento de que algún familiar fue inhumado en este lugar, para que se acerquen y realicen la solicitud de búsqueda, ya que aún permanecen numerosos cuerpos sin identificar. La comunicación la pueden hacer a la línea telefónica 3162842561.
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En Rionegro, donde van tres etapas, la misma entidad ha exhumado en total 76 osamentas y en Cocorná (también Oriente antioqueño) van 70.
