Ningún colegio en Colombia puede negar clases por no usar uniforme, algo que ya ha pasado en otras ocasiones.
En Colombia, ninguna institución educativa, pública o privada, puede negar el acceso a clases por no portar uniforme escolar.
Así lo reafirma el Ministerio de Educación a través de una directriz respaldada por el Concepto Jurídico 40584, que establece que la ausencia del uniforme no puede convertirse en motivo de sanción, exclusión o discriminación.
La medida busca proteger el derecho a la educación de los estudiantes.
Esta orientación se fundamenta en el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia, que declara la educación como un derecho fundamental y un servicio público esencial. También establece que el Estado debe garantizar el acceso y la permanencia en el sistema educativo sin ningún tipo de discriminación.
Además, la Ley 115 de 1994, conocida como Ley General de Educación, establece en su artículo 87 que los establecimientos educativos pueden definir su manual de convivencia, incluyendo normas sobre presentación personal y uniformes.
Sin embargo, dichas normas no pueden estar por encima de los derechos fundamentales de los estudiantes, como el acceso a la educación y el libre desarrollo de la personalidad.
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La Corte Constitucional ha señalado que, aunque el uniforme es parte del proyecto educativo, no puede usarse para vulnerar derechos como la educación o la dignidad.
En EL COLOMBIANO, hablamos con rectores de diferentes instituciones educativas en Medellín. Todos consideran que, aunque los colegios pueden exigir el uniforme dentro de su reglamento o manual de convivencia, tampoco pueden impedir el ingreso a clase y mucho menos expulsar a un estudiante por no llevarlo.
Por un lado, en los colegios públicos el uniforme es obligatorio, salvo que el manual de convivencia de la institución indique lo contrario, algo que es poco común.
Mientras que en los colegios privados, cada institución tiene autonomía para decidir si exige el uniforme, y la gran mayoría lo incluyen en su reglamento interno.
Las consecuencias de no llevar el uniforme van desde amonestaciones y llamados de atención de los estudiantes con los padres y sanciones disciplinarias, pero no negar el acceso a la educación.
También, los rectores apelaron al humanismo y a entender las situaciones particulares que pueden tener los estudiantes en caso de que no puedan llevar el uniforme de la institución.
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