Armando Benedetti llegó unos minutos tarde a Asobancaria para dar una conferencia a todo el sector privado y al país político que se reúne esta semana en Cartagena. Dijo en su secuencia de argumentos para defender el llamado a una consulta popular por decreto que: “juro que el Gobierno acatará las decisiones de las cortes”. Esto sucede en un contexto de tensión en el que los constitucionalistas han dicho que el presidente violaría el equilibrio de poderes al decretar una consulta que fue negada en el Senado y sobre la cual el Consejo de Estado no ha tomado una decisión.
Benedetti hizo un recuento general de lo que pasó en la votación del Senado cuando la consulta se hundió 49 vs 47. De hecho, en el auditorio hubo ruido porque se refirió a Martha Peralta quien estaba allí y el día de la votación se ausentó del debate inexplicablemente.
Según Benedetti, en Colombia no ha habido un golpe de Estado porque “no se ha censurado a medios de comunicación, no ha habido persecución política, no hay detenciones arbitrarias. Lo que hubo fue un bloqueo institucional del Congreso y el Gobierno ha respondido dentro de la Constitución”, expresó en la conferencia organizada por los principales bancos y empresas del país.
El ministro insistió una vez más en que el día de la votación no se leyó la proposición de la Consulta para pasar a hacer el conteo y argumentó que por la confusión frente al voto del senador Richard Fuelantala se debió haber repetido la sesión para votar.
Sin embargo, la teoría de Benedetti tiene varios problemas. El presidente del Congreso, Efraín Cepeda, y el secretario del Senado argumentaron que el debate de la consulta se hizo como debía hacerse, que se leyó el orden del día completo y que la votación final no tuvo ninguna irregularidad. Hoy es claro que el Gobierno perdió por la ausencia de los votos de Peralta y Fuelantala. Peralta dijo en RTVC que por un problema estomacal salió del Congreso hacia el edificio nuevo del Senado, salió a la calle y regresó una hora después cuando ya se había hecho la votación.
Además, no es verdad que el Gobierno haya acatado la decisión de las cortes. Esto es por una razón fundamental y es que en el Consejo de Estado hay una demanda contra la votación en el Senado y esa corte debería expresarse en las próximas semanas con una conclusión. El Gobierno no esperó a esa determinación y el presidente en una alocución anunció el decreto, sobre el que existen todas las alertas por un quiebre institucional y un riesgo para la separación de poderes en la democracia liberal.
Petro además dijo en esa alocución que el Gobierno solo esperará a la Corte Constitucional para que defina la legalidad del decreto. En esa corte se han venido reconfigurando las posiciones por la llegada de Vladimir Fernández, anterior secretario jurídico de Palacio; Héctor Carvajal, su abogado de muchos años; y Miguel Polo que llegó al tribunal con todo el apoyo del Pacto Histórico en el Senado.
Pero hay otra imprecisión. Los golpes de Estado no son desde la ciencia política únicamente golpes violentos como los que se daban en América Latina en el siglo 20. No se trata únicamente de revoluciones de los militares o de estados de conmoción en los que los gobiernos asumen todo el poder a través de las armas y asumen facultades judiciales. También existen los golpes al equilibrio de poderes cuando uno de ellos excede la órbita y las funciones de los demás. John Stuart Mill, un parlamentario y filósofo escocés explicó muy bien cómo la libertad en las repúblicas modernas se basa especialmente en el respeto a la separación y el equilibrio de los poderes para controlar y limitar la posibilidad de la tiranía.
Sobre la discusión de si hubo o no una irregularidad o un vicio en el trámite del Senado, el Consejo de Estado deberá tomar una postura en las próximas semanas pero los expertos coinciden en que el Gobierno no es el llamado a pronunciarse antes por las cortes. Varios congresistas en Asobancaria, como Mauricio Gómez Amin, rechazaron las declaraciones de Benedetti.
Finalmente, otro dato que llamó la atención fue una abrazo que se dieron Benedetti y la canciller Laura Sarabia, a pesar de todos los enfrentamientos que han tenido en los últimos meses, incluyendo denuncias y graves controversias penales.
