El club embajador igualó 2-2 con los dirigidos por Hernán Darío Herrera, resultado que mantiene abiertas las opciones del Verde si gana este jueves en Bogotá.
La noche del miércoles dejó un resultado que sacudió la tabla del Grupo B en los cuadrangulares semifinales: Millonarios y Once Caldas empataron 2-2 en El Campín, un marcador que, más allá de repartir emociones, terminó siendo una noticia alentadora para Atlético Nacional, que ahora tiene un panorama más abierto para soñar con la final... si logra vencer este jueves a Santa Fe.
El compromiso fue intenso desde el inicio. Michael Barrios y Alejandro García pusieron a soñar al conjunto albo con una victoria inesperada, pero el equipo embajador reaccionó a tiempo con los goles de Radamel Falcao García y Jáder Valencia, que sellaron el empate final ante un Campín expectante.
Con este resultado, Millonarios llegó a 6 puntos e igualó en la cima a Independiente Santa Fe, aunque lo supera por el “punto invisible”. Por su parte, Once Caldas se quedó en el fondo del grupo con 3 unidades y casi sin margen de error.
Sin embargo, el gran beneficiado de la noche podría ser Atlético Nacional. El conjunto verde, que cuenta con 2 puntos tras tres fechas, tiene la posibilidad de llegar a 5 si vence este jueves al equipo cardenal. Ese resultado lo dejaría a solo un punto de los líderes y con un calendario que invita a creer: en las últimas dos fechas recibirá a Millonarios en el Atanasio Girardot y cerrará su camino visitando a Once Caldas en Manizales.
En caso de sumar tres victorias seguidas —empezando por la de esta noche ante Santa Fe— Nacional alcanzaría 11 unidades, una cifra que podría bastar para superar tanto a embajadores como a cardenales, dependiendo de sus resultados en las jornadas restantes.
Pero todo empieza este jueves. Nacional necesita más que nunca una victoria que lo devuelva a la pelea, que reactive la fe de sus hinchas y que convierta este cierre de cuadrangulares en un verdadero mano a mano por el paso a la gran final.
La mesa está servida. El empate en Bogotá le dio una nueva vida al equipo de Pablo Repetto, y ahora está en sus manos (y en sus pies) reescribir la historia. El verde aún respira. Y mientras haya vida, hay esperanza.
