En la subregión de Urabá, donde el paisaje está marcado por extensas fincas bananeras, nació un juego ligado al oficio de quienes trabajan en estos campos. Se le conoce como garruchómetro y fue protagonista en los Juegos Departamentales Afrodescendientes 2025, cuyo cierre se llevará a cabo este lunes 15 de septiembre.
Este deporte consiste en recorrer circuitos de hasta 200 metros sobre cables tensados, utilizando una garrucha de dos ruedas y un tubo como asiento. Con la ayuda de los pies o un bastón, los competidores alcanzan velocidades cercanas a los 30 kilómetros por hora, en un ejercicio que exige fuerza, equilibrio y destreza.
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En el estadio de béisbol de Apartadó se instaló la estructura que dio vida a las pruebas de velocidad y circuito, donde Pedro Martínez, de 55 años y oriundo de Carepa, se consagró campeón, seguido por Juan Diego Ramos Mosquera, representante de Turbo.
Juan Diego, subcampeón, recordó cómo nació su amor por la garrucha: “Yo desde pequeño acompañaba a la finca a mi padrastro. Él es deshojador, y yo lo acompañaba, le ayudaba a cargar cosas. Yo cogía las garruchas y me comenzaba a montar por todo eso. Es algo muy difícil, que cansa muy rápido”.
Por su parte, Pedro Martínez, con 19 años de experiencia en la finca Gualanday, también destacó que esta práctica “no es tan fácil como la gente lo imagina” y que, además de ser un deporte, es un camino para alejar a los jóvenes de “malos pensamientos y malas compañías”.
Wilder Zapata, juez del garruchómetro, explicó que hace 15 años se organizó la primera competencia oficial y desde entonces esta práctica ha ganado espacio en encuentros comunitarios, fiestas patronales y escenarios deportivos de mayor escala. Según él, la inclusión de esta disciplina en los Juegos Afro es un reconocimiento a una tradición profundamente ligada a la vida cotidiana de los trabajadores bananeros.
Además, detalló que el circuito consiste en cables de 160 a 200 metros, con garruchas unidas a tubos, y que los participantes pueden impulsarse con un bastón o con los pies, alcanzando velocidades de hasta 30 km/h.
Más allá de la competencia, el garruchómetro es símbolo de identidad cultural en Urabá. En las plantaciones, la garrucha ha sido durante décadas un medio improvisado, rápido y eficiente para transportar racimos de banano y plátano desde los lotes hasta los centros de acopio. Esta costumbre campesina se ha convertido en deporte, celebrándose y transmitiéndose entre generaciones.
Urabá, reconocida como la principal zona bananera y platanera de Colombia, emplea a más de 100.000 personas y aporta cerca del 70% de los ingresos en municipios como Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó. En 2024 se exportaron 66 millones de cajas de banano, equivalentes a US$619 millones, principalmente a la Unión Europea. Además, el plátano ha ganado protagonismo como motor de desarrollo regional, con 2.440 pequeños productores asociados a Unibán, incluidos miembros de comunidades indígenas y afrodescendientes.
La región combina su riqueza económica con un potencial turístico y cultural notable. Sus más de 1.400 km de litoral, conectividad aérea y proyectos de infraestructura como Puerto Antioquia y la Vía al Mar apuntan a consolidar Urabá como un destino de interés nacional e internacional. Así, la tradición del garruchómetro se inserta en un territorio dinámico, donde economía, cultura y deporte se entrelazan, mostrando la fuerza y la identidad de Urabá.
¿Cómo van los juegos?
Tras varios días de competencias, los Juegos Departamentales Afrodescendientes 2025 dejaron emociones y victorias en distintas disciplinas. En voleibol, Necoclí y Turbo destacaron con triunfos en femenino y masculino. El fútbol tuvo partidos reñidos: Vigía del Fuerte, Necoclí, Mutatá y Carepa registraron resultados ajustados, mientras que Arboletes y Chigorodó también sumaron victorias importantes. En fútbol de salón, Carepa, Turbo, Mutatá y Apartadó mostraron su habilidad en categorías masculina y femenina.