El liderazgo es una cualidad fundamental para impulsar equipos, motivar y desarrollar a las personas y crear un ambiente laboral sano. Pero cuando quien lidera se convierte en fuente de miedo, ansiedad o desmotivación, es probable que estemos ante un jefe tóxico.
“Un mal jefe no solo condiciona el rendimiento de un equipo, sino que puede afectar profundamente la autoestima y la salud emocional de las personas”, explica Jordi Alemany, autor del libro Liderazgo Imperfecto y experto en liderazgo organizacional.
Aunque no siempre es fácil identificar estas conductas desde el primer momento, hay señales claras que pueden alertarlo. Alemany resume algunas como manipulan la información, fomentan el miedo, imponen su criterio sin escuchar, se apropian del trabajo ajeno y menosprecian los logros del equipo. “Lo hacen de manera sistemática y, en muchos casos, disfrazados de exigencia o de liderazgo firme”, advierte.
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Estas son las 11 señales de alerta por si tiene un jefe tóxico
Estas son algunas conductas comunes en jefes tóxicos, según Jordi Alemany:
1- No escucha ni valora otras opiniones. Cree que siempre tiene la razón.
2- Fomenta el favoritismo. Trata mejor a unos pocos sin razones objetivas.
3- Humilla o ridiculiza en público. Usa la exposición como forma de castigo.
4- Nunca reconoce logros. Solo resalta fallos, por pequeños que sean.
5 - Se atribuye ideas y resultados ajenos. Borra la autoría del equipo.
6- Hace comentarios despectivos o discriminatorios. Atenta contra la dignidad.
7- Bloquea el crecimiento profesional. No da oportunidades ni formación.
8- Exige disponibilidad total. No respeta horarios ni la vida personal.
9- Propaga chismes o rumores. Usa la desinformación para controlar.
10- Ignora o excluye deliberadamente. Aísla a personas del equipo.
11- Nunca se hace responsable de los errores. Siempre culpa a otros.
Según el experto, este tipo de líderes no construyen, sino que generan miedo y desconfianza. “Un buen jefe no se mide por el control que ejerce, sino por la seguridad que ofrece y el talento que desarrolla”, afirma.
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¿Qué hacer si trabaja con un jefe tóxico?
Alemany sugiere no quedarse de brazos cruzados: “Lo primero es reconocer lo que está pasando y saber que no es culpa tuya. A veces normalizamos estos comportamientos y eso es lo más peligroso”.
Estos son algunos pasos que recomienda:
- Documente lo que ocurre. Anote fechas, situaciones, testigos. Puede servir como evidencia.
- Busque aliados. Hable con personas de confianza o con el área de Talento Humano.
- Establece límites claros. No tienes que aguantar faltas de respeto.
- Explore opciones. Si el ambiente no cambia, considera una reubicación o un nuevo empleo.
Más allá del daño individual, las empresas también pierden con este tipo de liderazgo. “Los jefes tóxicos hacen que el talento se vaya. Por eso es urgente hablar del tema y formar líderes más humanos”, concluye Alemany.
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