Nicolás Maduro continúa acaparando más poder para mantener en pie su régimen en Venezuela. Este domingo acumuló 23 gobernaciones y obtuvo el 82,68 % de los votos en las listas nacionales del Parlamento. No hubo sorpresas.
La previa a la elección estuvo marcada por las advertencias de aparentes planes de “sabotear las elecciones”. Eso llevó al régimen a cerrar fronteras, cancelar vuelos desde Colombia y a cometer detenciones masivas: capturó a 70 personas, entre ellas a Juan Pablo Guanipa, opositor cercano a María Corina Machado.
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, la participación alcanzó el 42,63 % del electorado, es decir, unas 9 millones de personas. La oposición aseguró que los ciudadanos que acudieron a las urnas fueron menos (25,63 %).
El chavismo se hizo a 23 de las 24 gobernaciones que estaban en disputa y se quedó con el 82,68 % de los escaños en la Asamblea Nacional. Así, la mayoría del territorio político de Venezuela se tiñó de rojo oficialista.
“Esta victoria es la victoria de la paz y la estabilidad de toda Venezuela”, dijo Nicolás Maduro.
Esta vez las dudas sobre la transparencia electoral fueron más evidentes. El CNE eliminó de las actas el código QR que le permitía a las veedurías ciudadanos y a la oposición hacer control sobre el proceso electoral. Fue una fachada de elección que se suma a los cuestionamientos de fraude en los comicios presidenciales del 28 de julio del año pasado.
Ahora Maduro, con gobernadores y una Asamblea a su favor, tiene la posibilidad de aprobar, sin mayor oposición, todas su ambiciones totalitarias.